La preocupación por la salud de las articulaciones y los cartílagos tiende a aumentar con la edad, y normalmente también se ve acelerada por factores como la obesidad y la falta de ejercicio.
Los siguientes nutrientes pueden proporcionar el mejor apoyo posible para el funcionamiento normal de las articulaciones:
Glucosamina: Se encuentra en los exoesqueletos de mariscos, pescados y en el cartílago animal. Es un componente del tejido conjuntivo, el cartílago y el líquido sinovial. La glucosamina se presenta en diferentes formas. La forma de sulfato (estabilizada con una sal mineral) es la más común. El cloruro de potasio también sirve para estabilizarla y, dado que la dieta moderna suele ser deficitaria en potasio, es adecuada para complementar ciertos alimentos.
Condroitina: Esta sustancia se encuentra principalmente en alimentos como las ostras, los mejillones y la carne. La condroitina es un componente de los glicanos, que también son cruciales para la formación del cartílago. Su estructura básica contiene un aminosacárido, también llamado galactosamina. Confiere al cartílago articular su estructura y es responsable de su capacidad de retención de agua y de la permeabilidad a los nutrientes. Esta última es especialmente importante porque el cartílago no contiene vasos sanguíneos y sólo se nutre por difusión. Al igual que la glucosamina, la forma estabilizada de la condroitina también es un sulfato.
Ácido hialurónico: Alimentos como la carne, el caldo de huesos, pero también las patatas contienen mucho ácido hialurónico. El ácido hialurónico es el principal componente del líquido sinovial entre las articulaciones. Sin embargo, también se encuentran cantidades considerables de ácido hialurónico en el cartílago articular. El ácido hialurónico pertenece al grupo de los glucosaminoglicanos y está formado por cadenas moleculares muy largas que normalmente el organismo no puede absorber bien. Entre otras cosas, contribuye a la capacidad de deslizamiento de las superficies articulares. Si el ácido hialurónico se trata durante cierto tiempo, por ejemplo con calor, se produce la forma hidrolizada, que tiene una biodisponibilidad significativamente mejor.
MSM: El MSM (metilsulfonilmetano), también conocido como azufre orgánico, es una de las principales fuentes de azufre en nuestra dieta. Se encuentra en casi todos los alimentos (leche, fruta, verdura, cereales, carne, pescado, etc.), pero a menudo se destruye por un calentamiento excesivo. El azufre también se encuentra en los cartílagos. Aquí favorece importantes procesos de regeneración, incluido el metabolismo óseo.
Otros nutrientes importantes para un metabolismo articular equilibrado son la vitamina C, el zinc, el manganeso, el OPC, así como el calcio y el resveratrol.
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