Las vitaminas son los elementos básicos de la vida. Son esenciales para la salud porque el cuerpo humano no podría funcionar sin ellas. Junto con los minerales, las vitaminas intervienen en la mayoría de las reacciones químicas que tienen lugar en el organismo. Las carencias de vitaminas y minerales suelen ser la causa de muchos síntomas y dolencias. Algunas carencias de micronutrientes pueden acumularse de forma inadvertida a lo largo de los años.
Las vitaminas y los minerales se denominan biocatalizadores. Lo mismo ocurre en general con las enzimas, coenzimas, aminoácidos, ácidos grasos vegetales, fitoquímicos y otros componentes alimentarios vitales, mientras que los numerosos fitonutrientes (nutrientes derivados de las plantas) pueden imitar el efecto de diversas sustancias mensajeras, aunque a menudo de forma debilitada.
Las personas pueden beneficiarse del consumo de alimentos con nutrientes que aportan sustancias vitales especialmente activas a través de su dieta diaria.
Entre ellas se incluyen:
Enzimas: sólo las enzimas pueden descomponer los alimentos en sus componentes más pequeños para que puedan ser transportados a través de la pared intestinal. Los alimentos vegetales, ingeniosamente, a menudo ya contienen exactamente los tipos de enzimas necesarios para que la planta pueda ser utilizada como alimento.
Vitaminas y previtaminas: Se trata principalmente de compuestos vegetales esenciales para el funcionamiento de los órganos en el ser humano.
En gran medida desconocidos para el público son unos fitoquímicos muy especiales llamados adaptógenos. Los adaptógenos pueden ayudar al sistema inmunitario y al equilibrio de los neurotransmisores, por ejemplo para favorecer una comunicación nerviosa adecuada o para ayudar al organismo a adaptarse mejor a factores de estrés externos.
Carotenoides naturales: Forman un amplio grupo de pigmentos vegetales. El betacaroteno es un representante de este grupo. Es el pigmento de color amarillo anaranjado a verde oscuro que se encuentra en frutas como los melocotones, los albaricoques y los mangos, y en verduras como las zanahorias, las espinacas y la lechuga.
Entre todos los extractos de plantas, el licopeno es quizá el agente más importante con una potente protección celular. Se encuentra en altas concentraciones tanto en los tomates como en los escaramujos.
El inositol se encuentra, entre otros, en cereales, frutos secos, semillas, legumbres, frutas y verduras. Puede favorecer la eficacia de los neurotransmisores propios del organismo, como la “hormona de la felicidad”, la serotonina.
Como coenzima, el PABA (vitamina B10) puede apoyar las funciones del ácido fólico y el ácido pantoténico, un regulador del estrés. Se encuentra, entre otros, en la levadura, los despojos, los huevos de gallina y la leche de vaca.
La raíz de muira puama es un árbol de sándalo con drupas. Los extractos de muira puama pueden favorecer los niveles normales de testosterona y el deseo sexual.
Raíz de zarzaparrilla: Gracias a las saponinas contenidas en el extracto, Smilax officinalis puede regular el nivel de energía en las células y apoyar cualquier purificación de la sangre.
La raíz de jengibre fue elogiada originalmente por su efecto relajante, pero también puede actuar como afrodisíaco. El jengibre también puede ser útil para un sistema inmunitario normal.
Raíz de ginseng: El extracto de esta raíz es rico en saponinas y ginsenósidos, que tienen un efecto equilibrante y armonizador sobre el organismo. Además, el ginseng puede contribuir a normalizar los niveles de testosterona.
Las vitaminas A, B1, B2, B6, B12, ácido fólico, niacinamida, ácido pantoténico (vitamina B5), biotina (vitamina H), C, D3, E y K1 también son micronutrientes esenciales para el organismo masculino. Se encuentran principalmente en la fruta y la verdura.
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