La diabetes es una enfermedad grave que afecta a la capacidad del organismo para gestionar adecuadamente la glucosa, o azúcar, en la sangre. En la diabetes de tipo 1, el organismo es incapaz de producir insulina, la hormona responsable de transportar el azúcar de la sangre a las células, donde puede utilizarse como fuente de energía. En la diabetes de tipo 2, el organismo puede producir insulina, pero las células son incapaces de utilizarla adecuadamente. Tanto la diabetes de tipo 1 como la de tipo 2 provocan niveles demasiado elevados de glucosa en el torrente sanguíneo. Con el tiempo, los altos niveles de azúcar en la sangre pueden afectar negativamente al corazón, los riñones, los nervios, los ojos y otros órganos.
La diabetes de tipo 1, cuya causa exacta se desconoce, suele adquirirse a una edad temprana y es irreversible. La diabetes de tipo 2, sin embargo, suele atribuirse a factores relacionados con la dieta y el estilo de vida, y puede revertirse en ciertos casos. Algunos síntomas comunes de la diabetes son sed excesiva, micción frecuente, fatiga, cicatrización lenta de las heridas, visión borrosa y pérdida de peso involuntaria. A medida que las nuevas investigaciones sobre la diabetes descubren vínculos con el deterioro cognitivo y la salud intestinal, se hace hincapié en la prevención y el control de la diabetes de tipo 2.
Un nuevo estudio analiza la relación entre la diabetes de tipo 2 y el deterioro cognitivo
Recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad de Tasmania dirigido por Michele Callisaya realizó un estudio para averiguar por qué el deterioro cognitivo es frecuente en las personas con diabetes de tipo 2. El proyecto analizó a 705 adultos de entre 55 y 90 años. Las pruebas incluyeron mediciones del tamaño del cerebro, así como evaluaciones cognitivas.
De los 705 participantes, 348 padecían diabetes tipo 2, mientras que 357 no mostraban signos de la enfermedad. Se utilizaron resonancias magnéticas de todos los participantes para medir la masa cerebral ventricular y total en un esfuerzo por vincular la atrofia cerebral y la diabetes de tipo 2. También se examinó el nivel de funcionamiento cognitivo, con pruebas realizadas periódicamente a lo largo de los 4,6 años que duró el estudio. La Sra. Callisaya y su equipo ajustaron la investigación para tener en cuenta factores coadyuvantes, como la edad, el sexo y el estado de salud.
Los resultados sugirieron que la atrofia cerebral no influye en el modo en que la diabetes afecta al deterioro cognitivo. También descubrieron que la atrofia cerebral era similar entre los sujetos con y sin diabetes tipo 2. No obstante, se observó que los sujetos con diabetes tipo 2 ya presentaban una atrofia más avanzada al inicio del estudio.
Esta nueva investigación sobre la diabetes también demostró que el deterioro cognitivo se veía afectado por la diabetes. En concreto, los sujetos sin diabetes mostraron una mejora de la fluidez verbal a lo largo del estudio, mientras que los diabéticos mostraron un notable declive. Este fue un punto de preocupación en el estudio de la Universidad de Tasmania, ya que las actividades cotidianas, como el cumplimiento de los horarios de medicación, pueden verse afectadas. La Dra. Callisaya concluyó que la fluidez verbal y la memoria disminuyen gradualmente a lo largo de un periodo de cinco años en las personas con diabetes de tipo 2.
Una nueva investigación sugiere que las bacterias intestinales afectan a la medicación contra la diabetes
Aunque disponemos de múltiples medicamentos para tratar la diabetes de tipo 2, su eficacia varía de una persona a otra. Esto significa que un gran número de los 415 millones de enfermos de diabetes pueden no experimentar un alivio adecuado con esos fármacos. Hasta ahora, no había forma de saber por qué la eficacia de los fármacos varía en un grado tan extremo. El doctor Hariom Yadav, de Winston-Salem, dirigió un estudio para averiguar si las bacterias intestinales influían en la eficacia de los medicamentos contra la diabetes.
La posibilidad de que las bacterias intestinales influyeran en la eficacia de la medicación para la diabetes parecía plausible, ya que los investigadores saben por estudios anteriores que un equilibrio anormal de las bacterias intestinales puede ser un factor que contribuya a la obesidad y la diabetes de tipo 2. Además, se ha descubierto que los medicamentos tomados por vía oral pueden ser ineficaces, mientras que los intravenosos funcionan más a menudo. Además, se ha descubierto que los medicamentos tomados por vía oral pueden ser ineficaces, mientras que los intravenosos funcionan con más frecuencia. Esto se debe en parte al hecho de que los fármacos tomados por vía oral deben pasar por el intestino para actuar, lo que hace sospechar que algo ocurrió en el intestino para afectar a los fármacos.
Mediante pruebas, los investigadores descubrieron que podían alterar la eficacia de la medicación para la diabetes manipulando el microbioma intestinal. Dependiendo de cómo se alterara el microbioma, la eficacia de los fármacos mejoraba o disminuía. Hariom Yadav concluyó que la capacidad metabólica del microbioma intestinal afectaba a la absorción de la medicación. También podía alterar la naturaleza del fármaco, haciéndolo más eficaz, volviéndolo inerte o volviéndolo tóxico para el paciente. Aunque esta investigación apuntaba a una correlación, el Sr. Yadav afirma que se necesita más investigación. Este campo de estudio aún es joven, pero con más investigación podremos saber más sobre cómo afectan las bacterias intestinales a los medicamentos para la diabetes. Este conocimiento podría incluso ayudarnos a tratar a los diabéticos con mayor eficacia.
Tomar medidas para prevenir la diabetes
Si aún no se padece diabetes de tipo 2, es importante asegurarse de que se hace todo lo posible para prevenirla. Unos pocos cambios en nuestro estilo de vida pueden evitar que desarrollemos esta enfermedad. Incluso si nos han diagnosticado diabetes de tipo 2, estos mismos cambios pueden ayudarnos a controlar mejor nuestra enfermedad.
Hacer más ejercicio
Aumentar la actividad física diaria puede prevenir la diabetes de varias maneras. Dado que la obesidad está relacionada con la diabetes, perder peso es una forma excelente de prevenir la enfermedad. Además, la actividad física regular reduce los niveles de azúcar en sangre y mejora la sensibilidad del organismo a la insulina.
Comer más fibra
Puede que sepamos que el consumo de fibra está relacionado con la salud del corazón, pero las investigaciones demuestran que también ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. Como la fibra nos ayuda a sentirnos saciados durante más tiempo, consumir más también puede contribuir a perder peso.
Comer más cereales integrales
Los cereales integrales también desempeñan un papel importante en la prevención de la diabetes, aunque todavía no sabemos por qué. Lo que sí sabemos es que las personas que se pasan a los cereales integrales presentan mejores niveles de azúcar en sangre. Hay que buscar granos integrales en el pan, los cereales, la pasta y el arroz.
Tomar un suplemento diario
El picolinato de cromo, la hoja de banaba, el melón amargo, la gimnema, el fenogreco y el vanadio son ingredientes que han demostrado ayudar a mantener unos niveles saludables de azúcar en sangre dentro de unos márgenes normales.
Dormir mejor
Las investigaciones también han descubierto que los patrones de sueño deficientes afectan al modo en que se procesa la glucosa en sangre. Buscar formas de resolver los trastornos del sueño puede evitar el desarrollo de diabetes. Para eliminar la inquietud, se pueden probar técnicas de relajación o mejorar el lugar donde se duerme.
La investigación sobre la diabetes sigue avanzando, descubriendo más cosas sobre cómo afectan otras afecciones al desarrollo de la enfermedad. Mientras tanto, podemos utilizar lo que ya hemos aprendido para ayudar a controlar y prevenir la enfermedad. Los cambios en el estilo de vida e incluso en la forma de tomar la medicación pueden ayudar a los diabéticos a tener una mejor calidad de vida.