Las cardiopatías son la principal causa de muerte prematura; se calcula que más de 17 millones de personas mueren cada año por enfermedades del corazón. Las tasas de cardiopatías van en aumento; los expertos creen que en 2030 morirán más de 23 millones de personas al año por esta causa.
Una de las formas más comunes de cardiopatía es la enfermedad coronaria. Esta enfermedad se desarrolla debido a un proceso denominado aterosclerosis, que consiste en la acumulación de depósitos de grasa en las arterias. Esto hace que las arterias se vuelvan más estrechas y rígidas, impidiendo el flujo normal de la sangre. Las posibles complicaciones de la cardiopatía coronaria son la angina de pecho, que es un dolor en el pecho, y la insuficiencia cardiaca, que suele ser mortal. La aterosclerosis cuesta por sí sola 448.000 millones de dólares al año en asistencia sanitaria. Sin embargo, los avances en nuestra comprensión médica de la aterosclerosis han revelado que el proceso perjudicial no sólo se debe a la acumulación de grasa, sino que también tiene un importante aspecto inflamatorio.
El vínculo entre luteína e inflamación
La luteína es un compuesto que confiere un color amarillento a ciertos alimentos. Entre las fuentes dietéticas de luteína se encuentran el brécol, las zanahorias, el maíz, la col rizada, las naranjas, los guisantes, las espinacas, los pimientos amarillos y naranjas y la yema de huevo. Recientemente, investigadores de la Universidad de Linköping (Suecia) publicaron un estudio en la revista Atherosclerosis que sugiere que la luteína puede ayudar a mitigar la inflamación. En concreto, el estudio analizó los efectos de este pigmento amarillo sobre la inflamación en pacientes con cardiopatías. Este hallazgo puede resultar muy útil para millones de personas que padecen problemas cardiovasculares o tienen un riesgo elevado de padecerlos.
Los investigadores realizaron el estudio reclutando a 193 voluntarios con enfermedad coronaria. Midieron los niveles de luteína en sangre de los participantes, así como sus niveles de un marcador de inflamación conocido como interleucina-6. Tras analizar los datos, los científicos descubrieron que cuanto más altos sean los niveles de luteína, más bajos serán los niveles del marcador de inflamación. Esto sugiere que empezar a consumir más luteína podría afectar positivamente a la inflamación ya existente.
Aunque se necesita más investigación, existe la posibilidad de que la capacidad de la luteína para promover procesos inflamatorios saludables también sea útil para trastornos inflamatorios como el asma, la artritis reumatoide y la enfermedad de Crohn.
Otros beneficios de la luteína
Junto con otros nutrientes dietéticos como el ácido fólico y la fibra, la luteína es beneficiosa para la salud de los vasos sanguíneos. Un estudio analizó los efectos de la luteína en 65 personas que padecían “aterosclerosis precoz”, es decir, aterosclerosis en personas menores de 59 años. Los investigadores administraron luteína o placebo a los voluntarios todos los días durante tres meses. Se tomaron muestras de sangre antes y después del tratamiento con luteína para medir los niveles sanguíneos del compuesto.
Al igual que el estudio mencionado anteriormente, este estudio descubrió que la luteína disminuía los niveles del marcador inflamatorio interleucina-6. Los investigadores también descubrieron que los niveles de otro marcador inflamatorio, el MCP-1, también disminuyeron. Algunos otros beneficios de la luteína que descubrió este estudio incluyen una disminución del 9,4% del colesterol LDL y una disminución del 34,6% de los triglicéridos en sangre.
La luteína puede desempeñar un papel importante en la salud ocular. La luteína, entre otros pigmentos, protege las células de la retina de la luz azul dañina. Una dieta rica en luteína podría ayudar a prevenir o incluso tratar la degeneración macular, un trastorno ocular relacionado con la edad que provoca pérdida de visión. En concreto, se ha demostrado que comer de dos a cuatro huevos al día aumenta los niveles de luteína en los ojos.
Compuestos vegetales parecidos a la luteína
Además de la luteína, hay muchos pigmentos vegetales que aportan beneficios para la salud. Muchos de ellos, incluida la luteína, pertenecen a una familia denominada carotenoides. Los carotenoides incluyen compuestos tan beneficiosos como el betacaroteno y el licopeno.
Entre las buenas fuentes de betacaroteno se incluyen:
- albaricoques
- brécoles
- calabaza butternut
- melón cantalupo
- zanahorias
- col rizada
- guisantes
- pimientos rojos
- espinacas
- batatas
Algunos ejemplos de fuentes de licopeno son:
- espárragos
- zanahorias
- pomelos
- guayabas
- mango
- papaya
- col roja
- pimientos rojos
- tomate
- sandía
Aunque la luteína fue el único carotenoide al que se le encontraron beneficios relacionados con la inflamación, los demás carotenoides tienen sus propias ventajas. El betacaroteno es un antioxidante que puede ralentizar el deterioro cognitivo y ayudar a conservar la fuerza pulmonar en los adultos mayores. El licopeno también es un antioxidante, y las investigaciones sugieren que puede tener beneficios para la salud ocular, cerebral, cardiaca y ósea.
La importancia de una dieta rica en vegetales
Los diversos antioxidantes que se encuentran en frutas y verduras son de gran importancia. Para gozar de una salud óptima, lo mejor es asegurarse de consumir una amplia variedad de frutas y verduras cada día. De este modo se obtiene una gran variedad de antioxidantes y compuestos beneficiosos, así como vitaminas y minerales. Los expertos recomiendan comer de cuatro a cinco raciones de verdura y de cuatro a cinco raciones de fruta al día. Es importante comer algunas de cada grupo de color: rojo, naranja y amarillo, verde oscuro, verde claro y azul y morado.