Las mujeres posmenopáusicas hablan de muchos de sus síntomas físicos con regularidad y franqueza. Los sofocos, los sudores nocturnos, los cambios de humor, la libido baja, la falta de energía, etc. surgen a menudo en entornos sociales e incluso en Internet. Sin embargo, otro efecto secundario de la menopausia que las mujeres suelen guardarse para sí es el dolor en las relaciones sexuales durante la menopausia. Hasta la mitad de las mujeres experimentan dolor antes, durante y después de mantener relaciones sexuales tras la menopausia. Sin embargo, es posible volver a disfrutar del sexo.
¿Cuáles son las causas de las relaciones sexuales dolorosas durante la menopausia?
Las mujeres que tienen relaciones sexuales dolorosas durante la menopausia recuerdan claramente los días en que los orgasmos eran alucinantes y estremecedores. Sin embargo, cuando las mujeres están haciendo todo lo posible para evitar el dolor con el fin de hacer felices a sus parejas (después de todo, esto es lo que hacen las mujeres), el orgasmo es la cosa más lejana de sus mentes. Hay muchos factores que pueden causar dolor en las relaciones sexuales durante la menopausia. Por ejemplo:
Desequilibrios hormonales
Durante y después de la menopausia, las hormonas están por las nubes. Por desgracia, las mujeres posmenopáusicas deben hacer frente a una cantidad cada vez menor de estrógenos en su organismo. Cuando el estrógeno disminuye, los tejidos de la vagina se vuelven más finos con el tiempo y la lubricación natural disminuye. Además, la vagina pierde elasticidad con la edad, lo que hace que las relaciones sexuales resulten más incómodas.
Problemas médicos
Algunas mujeres tienen problemas médicos que pueden contribuir al dolor durante el coito, incluso después de la menopausia. Entre ellos se incluyen el dolor crónico en la vulva, las infecciones del tracto urinario, las infecciones por hongos o algún otro tipo de problema cutáneo. Incluso afecciones mentales como traumas o abusos pasados pueden causar molestias y dolor durante las relaciones sexuales.
Miedo al dolor
A veces, cuando las mujeres tienen uno o más encuentros sexuales dolorosos, se vuelven aprensivas ante futuros encuentros porque temen que les duela. Desgraciadamente, este miedo y esta aprensión no hacen sino aumentar la sequedad vaginal y tensar aún más los músculos de la pared vaginal.
¿Hay algún alivio?
La buena noticia es que no tiene por qué “acostumbrarse” a las relaciones sexuales dolorosas. De hecho, puedes hacer varias cosas para evitar el sexo doloroso durante la menopausia y recuperar las experiencias placenteras y alucinantes que tanto deseas.
- Utilizar un suplemento. Con tantos médicos pregonando los peligros de la terapia de reemplazo hormonal, y con el reemplazo de hormonas bioidénticas fuera del alcance financiero para muchas de las mujeres posmenopáusicas de hoy, los suplementos son la mejor ruta. Existen productos totalmente naturales que contienen hierbas como la maca, que pueden ayudar a reequilibrar las hormonas, mejorar la libido e incluso aliviar los síntomas posmenopáusicos, y algunos funcionan de verdad.
- Úsalo o piérdelo. Los músculos de la vagina son como cualquier otro músculo del cuerpo. Tienes que utilizarlos con regularidad para mantenerlos en forma. Practica sexo a menudo y, si no puedes, el autoplacer funciona igual de bien. Los ejercicios de Kegel también son una buena forma de mantener la zona pélvica en forma con el paso del tiempo.
- Utiliza una crema hidratante. Existen cremas hidratantes vaginales de venta libre. Deberías utilizarlas todo el tiempo, no sólo antes de mantener relaciones sexuales. Ayudan a reponer la humedad que te mantiene cómoda durante todo el día.
- Elegir un buen lubricante. Lo mejor es que encuentres un buen lubricante a base de agua para evitar que se pegue, pero ten en cuenta que algunos productos pueden provocar irritación, y a menudo lo hacen. Las mujeres posmenopáusicas deben utilizar lubricante tanto antes como después de mantener relaciones sexuales para que todo resulte cómodo y sin dolor.
- Tomarse su tiempo con los juegos preliminares. Aunque todos tenemos prisa de vez en cuando, es importante explorar otras vías que produzcan placer. Las prisas pueden provocar dolor, ya que no dan tiempo a la vagina a prepararse para las actividades que están por venir. El sexo oral, las caricias y las posturas alternativas pueden ayudar a mejorar la experiencia de todos.
- Se deben evitar los jabones y los perfumes. Esto también se aplica a los jabones “dermatológicamente probados” o los fabricados para su uso en partes sensibles de la mujer. Las duchas vaginales también son una mala idea, ya que incluso una solución suave de vinagre puede causar irritación y provocar más sequedad. Evita utilizar jabones, aceites de baño, perfumes, desodorantes, salvaslips perfumados o incluso detergentes y suavizantes muy perfumados en tus braguitas. Lo mejor son las bragas blancas de algodón lavadas con jabones sin colorantes ni perfumes. Además, las vaginas se limpian solas. Sólo necesitan un enjuague con agua tibia.
La prescripción como último recurso
Hoy en día, una solución química de la marca Osphena trata las relaciones sexuales dolorosas durante la menopausia. Este fármaco no está exento de efectos secundarios. Los posibles efectos secundarios más comunes incluyen flujo vaginal, sofocos, calambres musculares y aumento de la sudoración. Como ocurre con otros agentes estrogénicos, es posible que se produzcan riesgos más graves para la salud. Por este motivo, siempre se debe consultar a un médico antes de tomar un preparado de este tipo.