Unos niveles adecuados de calcio son importantes, especialmente en las personas mayores, y esto se aplica tanto a las mujeres como a los hombres. La ingesta diaria de calcio en cantidades suficientes es crucial para las personas mayores y debe formar parte integrante del mantenimiento adecuado de la salud. El calcio se encuentra en alimentos como los productos lácteos, ciertas frutas y verduras, frutos secos, semillas, pescado y huevos, entre otros. Es esencial para muchos de los procesos del organismo, entre ellos el metabolismo óseo en particular, incluido el mantenimiento de la fortaleza de todos los huesos.
Además, hay muchas otras vitaminas, minerales y nutrientes que son necesarios para un metabolismo óseo óptimo.
Entre otros:
MCHC: La hidroxiapatita es una forma especial de calcio y representa hasta el 40% de la masa respectiva en los huesos y hasta el 95% en los dientes. Además de calcio, la hidroxiapatita también contiene fósforo, un segundo mineral esencial para la formación ósea. Puede absorberse en cuanto se consume en forma micronizada, es decir, muy reducida.
MSM: (metilsulfonilmetano): También conocido como azufre orgánico, es una de las principales fuentes de azufre en nuestra dieta. Se encuentra en casi todos los alimentos (leche, fruta, verdura, cereales, carne, pescado, etc.), pero a menudo se destruye por un calentamiento excesivo. El azufre también se encuentra en los cartílagos. Aquí favorece importantes procesos de regeneración, incluido el metabolismo óseo.
El magnesio se encuentra en alimentos como los cereales, los frutos secos, las semillas, las legumbres, las verduras y los frutos secos. Puede ayudar a fortalecer los huesos de muchas maneras. El magnesio es esencial para la correcta absorción y metabolismo del calcio, entre otras cosas; de hecho, estos dos minerales son interdependientes para su correcto funcionamiento. El magnesio también interviene en el mantenimiento de los huesos favoreciendo la producción de calcitonina, una hormona de mantenimiento de los huesos procedente de las células C de la glándula tiroides. Además, el magnesio es necesario para la regulación adecuada de la hormona paratiroidea, responsable, entre otras cosas, de la pérdida de masa ósea.
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina hidrosoluble. Los cítricos se consideran las principales fuentes clásicas de vitamina C. Pero muchas verduras como los pimientos, el brécol y la col también son ricas en vitamina C. La vitamina C puede contribuir a la formación normal de colágeno y, por tanto, a la función normal de mineralización ósea.
La vitamina B12 se encuentra principalmente en alimentos de origen animal como la carne, el pescado, el marisco, los huevos y los productos lácteos. La vitamina B6 también se encuentra en alimentos vegetales. Estas vitaminas B contribuyen a un metabolismo energético normal, así como a un funcionamiento normal del sistema inmunitario, ambos requisitos previos de un metabolismo óseo fisiológico.
La vitamina D puede contribuir al mantenimiento de unos huesos y una función muscular normales. Alimentos como los pescados grasos, las setas y las yemas de huevo son ricos en esta vitamina. Con suficiente luz solar, la piel también puede sintetizar vitamina D en forma activa.
Calcio: Ciertas mezclas minerales que contienen calcio, ya sean de origen animal o mineral, tienen numerosas propiedades. No sólo aportan minerales al organismo, sino que también pueden ayudar a regular el pH del cuerpo.
La piperina se encuentra en la pimienta negra y puede aumentar la biodisponibilidad de varios micronutrientes.
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