La fertilidad puede verse afectada por diversos factores. Unas 200 sustancias químicas afectan a la calidad del esperma, entre ellas los plastificantes producidos industrialmente en los plásticos, los ingredientes activos de los cosméticos, los componentes hormonales de los medicamentos recetados y los pesticidas utilizados en la agricultura. Son difícilmente degradables en el medio ambiente, por lo que hasta el 80% de todos los alimentos contienen trazas delatoras.
Además, cuanto mayor es el intervalo entre las relaciones sexuales o la actividad sexual, más viejos y menos móviles son los espermatozoides contenidos en el semen.
Para que la fecundación tenga éxito, los criterios que influyen en el transporte de los espermatozoides revisten una importancia crucial. El requisito previo más importante es la introducción de una cantidad suficiente de espermatozoides en el útero. El segundo requisito previo: estos espermatozoides deben ser vitales.
Hay dos principios fundamentales en lo que respecta a la fertilidad masculina: Como los espermatozoides necesitan mucha energía, también producen un alto grado de oxidación. Las membranas celulares y los componentes genéticos deben protegerse de ella.
Los fitonutrientes que favorecen la fertilidad masculina pueden ayudar a los espermatozoides en este proceso y, al mismo tiempo, estimular el apetito sexual, que, si falta, a menudo también reduce la fertilidad.
Dado que la reducción de la fertilidad en los hombres puede deberse a varias causas, para obtener el mejor efecto posible deben tomarse específicamente a través de la dieta diversos extractos de plantas, aminoácidos, vitaminas, oligoelementos y minerales.
Los siguientes nutrientes, entre otros, pueden ayudar a aumentar la fertilidad masculina:
La vitamina C es una vitamina hidrosoluble indispensable para la producción de muchas sustancias esenciales en el organismo. El espermatozoide transporta el 50% del ADN que interviene en la concepción, por lo que el líquido seminal normal debe tener naturalmente un alto contenido de vitamina C para protegerlo de los daños ambientales. Por último, pero no por ello menos importante, la vitamina C puede contribuir a la regeneración de la forma reducida de la vitamina E y apoyar así la función positiva de esta vitamina. Los cítricos se consideran los principales proveedores clásicos de vitamina C. Pero muchas verduras como los pimientos, el brécol y la col también son ricas en vitamina C.
Vitamina E: Esta vitamina se encuentra principalmente en las membranas celulares, donde favorece las propiedades activas de la vitamina C. Entre los alimentos que contienen mucha vitamina E figuran diversos aceites, frutos secos, semillas y verduras de hoja verde.
Los carotenoides naturales son otra clase de nutrientes liposolubles con propiedades de protección celular. Se encuentran en muchos tipos de frutas y verduras.
Como coenzimas, las diversas sustancias hidrosolubles del complejo vitamínico B – B1 (tiamina), B2 (riboflavina), B6, B12, ácido fólico, ácido pantoténico, biotina y niacinamida – pueden contribuir al mantenimiento de una cognición normal. Al mismo tiempo, regulan una serie de procesos celulares esenciales para la espermatogénesis normal. Las vitaminas del grupo B se encuentran en muchos alimentos de origen animal y vegetal, como el pescado, la carne, los huevos, los frutos secos y las legumbres.
Sal disódica de pirroloquinolina quinona – PQQ: La PQQ se encuentra en muchos alimentos, como algunas frutas y verduras, productos de soja y té. De hecho, las mayores cantidades de este nutriente se encuentran en el natto (soja fermentada). La importancia de la PQQ para el ser humano no se descubrió hasta 2003. Además de regular los efectos sobre el metabolismo general y, por tanto, también sobre la aptitud mental, también puede potenciar muchos efectos de otras vitaminas.
Calcio: Ciertas mezclas minerales que contienen calcio tienen numerosas propiedades. No sólo aportan minerales al organismo, sino que también pueden ayudar a regular el valor del pH corporal.
El calcio se encuentra en alimentos como los productos lácteos, algunas frutas y verduras, los frutos secos, las semillas, el pescado y los huevos. Es esencial para el metabolismo y la fortaleza de los huesos. Los niveles de calcio en los espermatozoides deben ser relativamente altos para que se produzca la fusión espermatozoide-huevo. Sin esta reserva de calcio -por ejemplo, en caso de deficiencia de calcio o de un defecto en el sistema de liberación-, los espermatozoides suelen carecer de la fuerza necesaria para unirse al óvulo.
L-carnitina: Este aminoácido puede favorecer el transporte de ácidos grasos a las mitocondrias de los espermatozoides, donde se metabolizan en energía. Una dieta rica en grasas o la falta de determinados cofactores provocan una deficiencia de este aminoácido con consecuencias negativas para la fertilidad. La L-carnitina también se ha asociado a mejores resultados en términos de resistencia física. La principal fuente alimentaria de L-carnitina es la carne y, en menor medida, la leche y los productos lácteos.
La L-arginina puede reforzar el efecto de la L-carnitina. La L-arginina es un precursor del óxido nítrico, necesario para mantener la erección. Se encuentra en alimentos como la carne, los frutos secos y las legumbres. Las semillas de calabaza son especialmente ricas en este nutriente.
La colina se encuentra principalmente en los huevos. Al proteger las células nerviosas de las toxinas ambientales, la colina puede favorecer la función neurotransmisora y la función cognitiva normal.
Importantes minerales y oligoelementos como el magnesio, el cobre, el zinc, el yodo, el hierro, el selenio, el manganeso, el boro, el potasio, el cromo y el molibdeno pueden contribuir a la eficacia de los aminoácidos en el organismo. La carencia de selenio, en particular, es un problema muy extendido hoy en día debido al agotamiento de los suelos cultivables.
Importantes minerales y oligoelementos como el magnesio, el cobre, el zinc, el yodo, el hierro, el selenio, el manganeso, el boro, el potasio, el cromo y el molibdeno pueden contribuir a la eficacia de los aminoácidos en el organismo. La carencia de selenio, en particular, es un problema muy extendido hoy en día debido al agotamiento de los suelos cultivables.
MACA: La raíz peruana de maca (Lepidium Meyenii) ha sido utilizada durante siglos por los pueblos indígenas de Sudamérica para aumentar la energía y el deseo sexual. Tras la conquista española de Perú, el tubérculo también se exportó a Europa para aprovechar sus efectos potenciadores. La maca contiene una gran variedad de minerales, aminoácidos esenciales y oligoelementos. Esta sustancia natural no sólo puede aumentar la libido, sino también favorecer un equilibrio hormonal normal en general y crear así las condiciones necesarias para la maduración de un número suficiente de espermatozoides. Además, la maca puede mejorar la energía física y mental, al tiempo que refuerza el sistema inmunitario.
El Tribulus terrestris contiene varios ingredientes que pueden tener una influencia reguladora sobre el equilibrio hormonal. Entre sus componentes se encuentran saponinas hidrosolubles que regulan el equilibrio de testosterona. El nivel adecuado de testosterona libre en los hombres conduce, entre otras cosas, a la maduración normal de los espermatozoides. Otros efectos positivos del tribulus son que puede promover el bienestar general e influir positivamente en los niveles de colesterol.
La muira puama es un árbol de la familia del sándalo con frutos en forma de piedra, que en Brasil también se llama “madera de la potencia”. Los nutrientes de la muira puama pueden normalizar los niveles de testosterona y aumentar al mismo tiempo el deseo sexual.
Jengibre: El cuerpo produce ciertas enzimas tanto para eliminar toxinas como para regular el crecimiento celular, incluida la maduración del esperma. Resulta que los fenoles gingerol y 6-shogaol son muy útiles para aumentar esta actividad enzimática. Ambos fenoles se encuentran en el jengibre y le confieren su acritud.
Ginseng: Con sus diversos ingredientes, la planta de ginseng puede favorecer los niveles de testosterona y el efecto normalizador de las hormonas del estrés de las glándulas suprarrenales. Las propiedades afrodisíacas del ginseng también pueden contribuir a la fertilidad masculina.
La damiana es más que un afrodisíaco a base de plantas procedente de Sudamérica. No sólo puede fomentar el deseo, sino también aumentar los niveles de energía, con beneficios que van más allá de la sexualidad.
El resveratrol es un nutriente natural de gran eficacia. Originalmente se extraía de la piel de la uva. El cacao, los cacahuetes, los pistachos y las bayas también contienen este nutriente. Por otra parte, el mayor contenido de resveratrol se encuentra en el knotweed japonés. Al igual que el L-glutatión, este polifenol puede favorecer una erección normal.
La coenzima Q10 se encuentra principalmente en la carne de vacuno, pollo, oveja y cordero, el pescado y los huevos. Es un componente importante de las centrales energéticas celulares mitocondrias con múltiples efectos positivos. La coenzima Q10 también puede favorecer el transporte de oxígeno y la resistencia en personas con un estilo de vida sedentario. En lo que respecta a la sexualidad masculina, se ha demostrado que este nutriente liposoluble ayuda a favorecer la motilidad y la vitalidad de los espermatozoides.
La zarzaparrilla (Smilax officinalis) es una planta de la familia de las daturas. Puede ayudar a mantener los niveles de energía gracias a las saponinas vegetales que contiene. Tradicionalmente, la zarzaparrilla también se ha utilizado para reforzar el sistema inmunitario.
Los ácidos grasos omega-3 se encuentran en muchos tipos de pescado como el atún, la caballa, el salmón y la trucha, así como en ciertos aceites comestibles, frutos secos y semillas. Son esenciales para la formación de todas las células y un componente importante de las paredes celulares. Además, pueden ayudar a mantener el flujo sanguíneo normal y a mantener la tensión arterial dentro de los límites normales. Ayudan a mantener los niveles normales de lípidos en sangre cuando éstos ya se encuentran dentro de los valores normales. Los ácidos grasos esenciales más importantes son el DHA (ácido docosahexaenoico) y el EPA (ácido eicosapentaenoico). El organismo no puede producirlos por sí mismo, por lo que deben obtenerse de una fuente externa, como los alimentos o los suplementos.
Los bioflavonoides cítricos tienen propiedades protectoras de las células. Además, favorecen la producción de energía en los espermatozoides, lo que puede mejorar su movilidad.
La piperina se encuentra en la pimienta negra y puede aumentar la biodisponibilidad de varios micronutrientes.
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