Nuevas investigaciones sobre las grasas saturadas y la salud del corazón han desatado una polémica en la comunidad médica. ¿Las grasas saturadas provocan realmente enfermedades cardiacas? ¿O realmente no son tan malas?
Los consejos médicos cambian casi cada semana. Un día oímos que la margarina es mejor, al día siguiente que la margarina es mortal y que lo mejor es la mantequilla. Del mismo modo, el azúcar ha pasado de ser una dosis saludable de energía a un presagio de diabetes y síndrome metabólico. En ninguna parte es tan evidente este rápido y constante cambio de opinión como en el ámbito de las grasas saturadas. Hace tiempo que aceptamos que contribuyen a las cardiopatías y otras enfermedades mortales. Sin embargo, nuevas investigaciones sugieren que quizá no sea así. ¿Podríamos habernos equivocado todo el tiempo respecto a los alimentos grasos como la mantequilla y el beicon?
Grasas saturadas y salud del corazón
Las grasas saturadas, presentes en la carne roja, los productos lácteos enteros y una gran variedad de alimentos procesados, han sido durante mucho tiempo el chivo expiatorio del mundo de la nutrición. No sólo es densa en calorías, lo que puede provocar un aumento de peso, sino que varios estudios reconocieron incluso hace décadas que puede obstruir los vasos sanguíneos, contribuyendo tanto al infarto de miocardio como al ictus.
Sin embargo, nuevas investigaciones están empezando a sugerir que el vínculo entre las grasas saturadas y la salud del corazón puede no ser tan claro como parecía antes. La polémica se reavivó en 2015, cuando un estudio sugirió que, si bien las grasas saturadas son malas para el corazón, los compuestos alimentarios por los que la gente las sustituye pueden ser igual de malos.
¿Las grasas saturadas son realmente malas?
Se cree que las grasas saturadas y el colesterol contribuyen a las enfermedades cardiovasculares al “obstruir” los vasos que mueven la sangre por nuestro cuerpo, de forma similar a la obstrucción gradual de las tuberías que puede producirse en nuestro hogar. Por ello, los médicos recomiendan desde hace décadas consumir menos grasas saturadas y mantener bajas las cifras de colesterol en sangre.
Sin embargo, un nuevo estudio demuestra que no existe relación alguna entre las grasas saturadas y la salud del corazón. Por el contrario, los investigadores creen ahora que cambios sencillos en el estilo de vida, como comer alimentos caseros y sanos, hacer ejercicio físico adecuado y controlar el estrés, son más saludables que cualquier tipo de privación dietética. De hecho, ciertos tipos de alimentos ricos en grasas, incluidos los ricos en aceites vegetales, reducen realmente el riesgo cardiovascular. En realidad, las personas que consumen grasas saturadas pueden estar aumentando su riesgo de cardiopatía simplemente por comer demasiados productos procesados y no suficientes grasas saludables.
Sin embargo, sigue siendo un estudio controvertido entre muchos médicos y científicos. Destacados cardiólogos insisten en que los autores del reciente estudio que no halló ninguna correlación entre las grasas saturadas y las enfermedades cardiacas son culpables de recopilar datos de forma engañosa mientras ignoran los estudios que demuestran que su teoría es errónea. Estos cardiólogos señalan que los estudios más amplios y mejor controlados han encontrado sistemáticamente una relación entre las grasas saturadas y las enfermedades cardiacas desde hace varias décadas.
Elecciones de estilo de vida para la salud integral del cuerpo
Aunque existe una gran controversia sobre el papel de las grasas saturadas en las enfermedades cardiacas, la mayoría de los médicos y expertos están de acuerdo en varios cambios en el estilo de vida destinados a mejorar la salud cardiovascular. Seguir una dieta basada en plantas y alimentos integrales es una de las mejores cosas que puede hacer por su salud, ya que reduce las grasas “malas” y los aditivos, a la vez que garantiza una ingesta suficiente de vitaminas y grasas saludables. Salir a pasear, como sugieren los autores del estudio, también es una decisión de estilo de vida que mejorará la salud cardiaca y mental al mismo tiempo. Dormir lo suficiente -aunque es difícil para muchas personas en el mundo moderno- también se considera una buena decisión para la salud del corazón.
Fomentar la salud cardiovascular de forma natural
Si se quiere dar un impulso adicional a la salud del corazón, hay muchos nutrientes y vitaminas naturales que han demostrado reducir al mínimo el riesgo de enfermedades cardiovasculares y proteger el corazón. Piense en incluir las siguientes sustancias en su programa nutricional diario:
- ácidos grasos omega-3 para reducir los triglicéridos, disminuir la presión arterial y prevenir la aterosclerosis
- ácido fólico para reducir los niveles de homocisteína, un producto natural del cuerpo humano que puede contribuir a las enfermedades cardiovasculares
- vitaminas del grupo B, que también reducen los niveles de homocisteína y contribuyen a mejorar el metabolismo en general.
- calcio, esencial para el funcionamiento del músculo cardíaco
- magnesio para el funcionamiento óptimo de los nervios que controlan el sistema cardiovascular
- coenzima Q10, un antioxidante que protege los tejidos del corazón y los vasos sanguíneos del daño oxidativo
- L-carnitina que reduce los ritmos cardíacos anormales y el desarrollo de angina de pecho
- extracto de semilla de uva, que contiene flavonoides que protegen el corazón y reducen las enfermedades cardiovasculares
¿Tan mala es la mantequilla? Nuevas investigaciones ponen en duda esta suposición. Sin embargo, todos los datos sugieren que nuestro corazón está más sano cuando comemos menos alimentos procesados, tomamos mucho aire fresco y tomamos suplementos que contienen ingredientes con beneficios cardiovasculares demostrados. Llevar un estilo de vida sano y equilibrado es clave para vivir una vida larga y feliz.