La mayoría de los modernos saben que un “bronceado saludable” es algo así como un oxímoron. Debido a la concienciación generalizada sobre el cáncer de piel, el envejecimiento prematuro y otros efectos de la exposición prolongada al sol, la mayoría de las veces nos esforzamos por protegernos de los dañinos rayos ultravioleta. Aunque en general se trata de buenas decisiones para la salud, también pueden conducir a una deficiencia de vitamina D. Como resultado, muchas personas modernas tienen carencias de este nutriente vital, necesario para una serie de procesos celulares importantes. Estas carencias pueden provocar depresión, una menor función del sistema inmunitario y diversos efectos nocivos. Según una nueva investigación sobre los beneficios cardiovasculares de la vitamina D, la carencia de esta vitamina esencial también puede aumentar el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares graves.
La importancia de la vitamina del sol
La vitamina D es una vitamina esencial, lo que significa que es necesaria para mantener la vida humana y, sin embargo, nuestro organismo no la produce. A diferencia de otros nutrientes, es muy difícil obtener suficiente cantidad de esta vitamina incluso con una dieta sana y equilibrada. A lo largo de la historia de la humanidad, la mayor parte de la vitamina D ha procedido del sol. Cuando la luz interactúa con las células de nuestra piel, se produce vitamina D. Sin embargo, la gente moderna toma medidas para evitar activamente la exposición al sol. Como consecuencia, la carencia de vitamina D es cada vez más frecuente.
El aumento de la carencia de vitamina D puede tener graves efectos sobre la salud. Dado que esta vitamina es necesaria para absorber el calcio y formar huesos fuertes, las personas que no la consumen en cantidad suficiente pueden sufrir trastornos como raquitismo (reblandecimiento de los huesos que hace que se arqueen y se doblen) y osteomalacia (adelgazamiento de los huesos). También puede provocar un aumento de la inflamación y una disminución de la actividad inmunitaria, factores ambos que contribuyen a un mayor riesgo de cáncer. La carencia de vitamina D también puede causar depresión y fatiga, contribuyendo a la tristeza invernal. Según nuevas investigaciones, la integridad de nuestros vasos sanguíneos también puede verse afectada cuando no ingerimos suficiente cantidad de este nutriente vital.
Se descubren nuevos beneficios cardiovasculares de la vitamina D
Aunque un infarto de miocardio y un ictus son dos enfermedades muy distintas con dos efectos muy diferentes, ambas son signos de que existe un problema con la integridad de los vasos sanguíneos. Ambas están causadas por una obstrucción o detención del flujo sanguíneo a nuestros tejidos más críticos. Ambas enfermedades entran en la categoría de enfermedades cardiovasculares, que son la principal causa de muerte en todo el mundo. Varios estudios sobre la vitamina D y la salud del corazón han indicado que unos niveles bajos de esta vitamina pueden aumentar las probabilidades de sufrir un infarto. Sin embargo, los investigadores reconocen que se necesitan más estudios antes de recomendar oficialmente la administración de suplementos de esta vitamina como medio para mejorar la salud cardiovascular.
Sin embargo, dos nuevos estudios sobre los beneficios cardiovasculares de la vitamina D sugieren que, efectivamente, este nutriente puede reducir el riesgo de enfermedades graves. Investigadores de Pekín (China) realizaron un metaanálisis, que es una revisión estadística de toda la bibliografía existente sobre un tema. Descubrieron que las personas con déficit de vitamina D tienen más del doble de riesgo de sufrir un ictus isquémico que las que tienen niveles adecuados de esta vitamina.
Otro estudio de la Universidad de Bergen (Noruega) subraya aún más la importancia de este nutriente. Este estudio, publicado este mes en The Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism, concluye que tomar suplementos de vitamina D puede reducir el riesgo no sólo de ictus, sino de enfermedades cardiovasculares en general. Los niveles colectivamente bajos de vitamina D que se observan en los países industrializados pueden estar contribuyendo a nuestro acusado aumento de muertes por enfermedades cardiovasculares.
¿Estamos consumiendo suficiente vitamina D?
Existen análisis de sangre que pueden determinar si se tiene un déficit de ésta u otras vitaminas esenciales. Sin embargo, la mayoría de los médicos recomiendan tomar un suplemento de esta vitamina, sobre todo en los meses de invierno, cuando la luz solar directa y brillante es escasa. Además, se puede obtener vitamina D de diversas fuentes alimentarias, como el pescado azul, el tofu, los productos lácteos enriquecidos y el hígado. Dado que la mayoría de los adultos no consumen estos alimentos en grandes cantidades, a menudo es necesario tomar suplementos.
Además, las personas pueden obtener un aumento de vitamina D con sólo unos minutos de luz solar directa sobre la piel expuesta que no ha sido tratada con protección solar. Aunque la protección solar es importante para reducir el riesgo de cáncer de piel, una breve exposición al sol puede tener importantes beneficios para la salud sin sus inconvenientes. Como ocurre con tantos otros problemas de salud, la moderación parece ser la clave.
Serán necesarias más investigaciones para determinar exactamente cómo la vitamina D está causando este drástico impacto en el riesgo cardiovascular. Sin embargo, está claro que este nutriente sí puede influir en el riesgo de infarto de miocardio e ictus. Tomar un suplemento de este nutriente puede ser más importante de lo que creíamos.