Los últimos años han traído consigo una avalancha de nuevos conocimientos sobre el papel de las bacterias intestinales en la salud de todo el organismo. Sin embargo, el intestino no es la única zona de nuestro cuerpo en la que un equilibrio saludable de bacterias puede marcar una diferencia apreciable en el bienestar.
Ahora sabemos que un microbioma diverso y sano puede ser beneficioso no sólo para nuestro aparato digestivo, sino también para nuestro sistema inmunitario, nuestro estado de ánimo e incluso nuestra función neurológica. Según un nuevo estudio, pequeños cambios en nuestras bacterias naturales pueden incluso protegernos contra la gripe y otras enfermedades contagiosas. ¿Ha tomado hoy sus probióticos? Si no es así, puede que sea el momento.
La amenaza antigua y moderna de la gripe
Aunque la mayoría de la gente ha contraído la gripe y se ha recuperado, en realidad es una de las mayores amenazas de enfermedad de nuestro tiempo. Antes de que los conocimientos sobre saneamiento y la vacunación generalizada hicieran que la gripe fuera menos común, millones de personas morían a causa de esta enfermedad en una sola temporada de gripe. Incluso en los tiempos modernos, la gripe es un riesgo muy real para los niños, los ancianos y las personas con sistemas inmunitarios comprometidos. Además, puede causar una semana o más de fiebre alta y otros síntomas graves incluso en las personas más sanas.
Científicos y médicos han conseguido mitigar el riesgo de gripe de varias maneras. En primer lugar, la vacunación generalizada cada temporada impide que las cepas más peligrosas se conviertan en pandemias. En segundo lugar, existen medicamentos antivirales que pueden reducir la gravedad de la enfermedad y el tiempo de recuperación. En tercer lugar, el lavado de manos y otras medidas sanitarias han contribuido a reducir la incidencia de la gripe.
Estos esfuerzos han marcado la diferencia, pero no son suficientes. Cada año, la temporada de gripe se salda con cientos de muertes, algunas de ellas en personas que, por lo demás, estaban sanas. De hecho, una media de 650.000 personas mueren cada año a causa de la gripe. Según una nueva investigación, cambiar ligeramente nuestro microbioma puede constituir otra capa de protección, muy necesaria en una época de “superbacterias” resistentes a la mayoría de los esfuerzos médicos.
¿Podrían las bacterias de las vías respiratorias proteger contra la gripe?
Las infecciones gripales comienzan cuando el virus coloniza las delicadas membranas mucosas de las vías respiratorias. Estas membranas mucosas ya están colonizadas por una variedad de bacterias que contribuyen a nuestra salud de diferentes maneras. Un grupo de investigadores se preguntó ¿Podría un cambio en este equilibrio bacteriano ayudar a protegernos contra la gripe?
Para responder a esta pregunta, los investigadores tomaron a un grupo de personas que no estaban enfermas pero a las que se había diagnosticado gripe recientemente a un miembro de su hogar. Vivir con alguien que tiene la gripe casi garantiza la exposición. A cada persona se le tomó una muestra de la nariz y la garganta para determinar la composición de sus bacterias respiratorias. A continuación se observó qué personas desarrollaban la gripe.
Las personas con determinados tipos de bacterias respiratorias tenían muchas menos probabilidades de desarrollar gripe que las personas con tipos específicos de estafilococos y estreptococos. Esto sugiere que modificar ligeramente nuestro equilibrio bacteriano natural puede ayudar a protegernos contra la gripe y otros virus graves.
El microbioma y la salud
La autora principal de este estudio, la profesora Betsy Foxman, declaró: “Me encanta la idea de trabajar con nuestros microbios en lugar de verlos como un enemigo que hay que erradicar.” Numerosas investigaciones se han centrado en la importancia de nuestra flora intestinal en nuestra salud. Sin embargo, no es la única población microbiana importante. Nuestro cuerpo está cubierto de bacterias, todas las cuales tienen algún efecto. Por ejemplo, las bacterias de nuestra piel ayudan a mantener un equilibrio bioquímico saludable y a prevenir infecciones. La nueva investigación sobre las bacterias respiratorias es uno de varios estudios que nos muestran el impacto de las bacterias en nuestra nariz y tracto respiratorio.
Hemos evolucionado para vivir en simbiosis con muchos de los organismos de nuestro entorno. No debería sorprendernos que muchas de las bacterias que nos rodean sean más amigas que enemigas. Hay más de 40 millones de bacterias en nuestro cuerpo en un momento dado; más que la suma total de nuestras células humanas. Manipular estas bacterias puede ser beneficioso de muchas maneras, incluso más allá de ayudarnos a prevenir enfermedades comunes.
Alimentar la flora
Hipócrates, padre de la medicina moderna y autor del famoso juramento hipocrático, dijo una vez: “Que el alimento sea tu medicina y la medicina tu alimento”. Sin embargo, la dieta occidental moderna hace más por dañar nuestra microflora que por ayudarla. Comemos carne que ha sido alimentada con antibióticos, que luego absorbemos. Limpiamos nuestras casas de arriba abajo con productos antimicrobianos. Los estadounidenses tampoco ingieren cantidades adecuadas de alimentos fermentados tradicionales, que están repletos de organismos probióticos saludables.
Muchas personas compensan este déficit tomando suplementos probióticos. Aunque esto es importante, puede no ser suficiente. Investigaciones significativas sugieren que también es importante tomar suplementos prebióticos, que están compuestos por la fibra soluble que ayuda a las bacterias sanas a prosperar.
Cada vez hay más pruebas de que mantener un equilibrio bacteriano saludable es esencial para gozar de buena salud. Tanto si se alimenta el microbioma con alimentos fermentados como con suplementos cuidadosamente diseñados, mantener una población microbiana próspera podría ser esencial para el bienestar de diversas maneras.