Un antojo de comida es un fuerte deseo de un tipo específico de alimento que puede persistir incluso cuando uno puede no tener hambre. Las investigaciones indican una posible relación entre los antojos de comida y la nutrición, sugiriendo que el cuerpo podría utilizar los antojos de comida para compensar las deficiencias nutricionales vitales.
¿Los antojos de comida y la nutrición están relacionados?
Los antojos de comida suelen originarse de dos maneras diferentes. Un antojo de comida que se origina en el cerebro conduce a un deseo de un alimento azucarado o poco saludable o “prohibido”. El segundo tipo de antojo gira en torno a un tipo de alimento que puede contener nutrientes de los que el cuerpo carece.
Los antojos de comida pueden ser complicados. Un ejemplo de ello es el común deseo de chocolate. A primera vista, puede parecer que este antojo se origina en el cerebro y es sólo un deseo de un dulce. Sin embargo, dado que el chocolate contiene el mineral magnesio, su antojo puede originarse en realidad en una necesidad de más de ese compuesto nutricional. Si este es el caso, una opción más saludable sería satisfacer el deseo comiendo frutos secos o semillas que son ricos en magnesio.
Dado que los antojos de comida y la nutrición parecen estar relacionados en muchos casos, ceder a un capricho puede servir para satisfacer una necesidad nutricional específica. Al darnos un capricho, podemos compensar carencias que tal vez no sepamos que existen.
Otro ejemplo de la posible relación entre los antojos de alimentos y la nutrición son los casos en los que las personas experimentan fuertes antojos de carne y queso. Como estos alimentos tienen un alto contenido en hierro y calcio, el cuerpo puede estar utilizando esos antojos para ayudar a compensar una carencia de esos nutrientes.
Aparte de los antojos de alimentos normales, existe una afección llamada pica en la que las personas experimentan deseos de comer sustancias no comestibles, como la tierra o el detergente para la ropa. Aunque los investigadores aún no saben cuál es la causa de este trastorno, se sabe que afecta sobre todo a las mujeres embarazadas y a los niños. Los científicos sospechan que las deficiencias nutricionales desempeñan un papel en los antojos que experimentan las personas con pica, pero no se ha identificado la razón exacta de la extraña naturaleza de los antojos asociados a la pica. Los investigadores están especialmente perplejos porque, en los estudios en los que los suplementos vitamínicos garantizaban que las mujeres no tuvieran carencias, los antojos persistían.
Antojos de comida y nutrición: no hay una respuesta precisa y definitiva
Los antojos de comida pueden ser complicados en el sentido de que a menudo es necesario determinar si el antojo es el resultado de una carencia genuina, o simplemente un deseo de una sensación de sabor particular. Por ejemplo, los alimentos salados: Mientras que algunas personas tienen antojos de alimentos salados porque tienen una deficiencia de sodio, es mucho más común que las personas tengan antojos de alimentos salados porque simplemente les gusta ese tipo de tentempiés. ¿La clave? Intentar determinar por qué se tiene ese antojo antes de ceder. Dado que un exceso de sodio puede aumentar el riesgo de padecer problemas cardiovasculares, hay que tener cuidado a la hora de ceder a este tipo de antojos.
Los antojos que no están provocados por carencias nutricionales son mucho más comunes, sobre todo entre las mujeres embarazadas. Esto se pone de manifiesto en el hecho de que las mujeres embarazadas suelen tener antojos de alimentos con poco o ningún valor nutricional, por ejemplo, alimentos con alto contenido de azúcar, grasas trans, carbohidratos y almidón. De hecho, los antojos de alimentos con alto contenido de azúcar, grasas trans, carbohidratos y almidón son los tipos de antojos más comunes en general.
Cuando los antojos son provocados simplemente por el impulso de comer alimentos poco saludables, cambiar a una dieta más sana puede ayudar a controlar esos antojos. Así lo demostró un estudio en el que se realizó un seguimiento de los participantes que seguían una dieta baja en carbohidratos. A medida que los sujetos se adaptaban a la dieta baja en carbohidratos, experimentaban menos antojos de comida.
Asegurarse de que se ingieren las vitaminas y los nutrientes necesarios
Cuando tengamos un antojo de un alimento poco saludable, podemos satisfacer ese antojo con alternativas saludables. Si nos sentimos satisfechos después de comer un alimento más sano con nutrientes similares, sabremos que el antojo era provocado por una deficiencia nutricional. Si todavía sentimos el antojo después de comer una alternativa, esto indica que se trata de un antojo poco saludable que debemos tratar de ignorar en el futuro. A continuación se presentan algunos antojos comunes y sus alternativas.
Antojos de azúcar
Cuando se trata de antojos potencialmente insalubres, los antojos de alimentos azucarados encabezan la lista. Si uno se encuentra a menudo con antojos de dulces, es posible que tenga una deficiencia en uno o más nutrientes. Un antojo específico de chocolate puede indicar una deficiencia de magnesio. Una forma más saludable de obtener este mineral vital es consumir frutos secos, semillas y frutas como plátanos, kiwi, papaya, sandía y manzanas. Cuando se tiene un antojo de dulces en general, probablemente se tiene una deficiencia de cromo, carbono, fósforo, azufre o triptófano. En este caso, la adición de verduras como la col, la coliflor y las espinacas, los productos lácteos como los huevos y el queso, y las carnes magras como el pollo ayudarán a equilibrar cualquier carencia.
Antojos de carne
Además de las proteínas, una carencia a la que suelen enfrentarse los veganos y vegetarianos es la de hierro. Esta es también una deficiencia nutricional que experimentan las mujeres en su edad premenopáusica. Aunque hay hierro no hemo en los alimentos de origen vegetal, el cuerpo tiene más dificultades para procesar esta forma del nutriente. Es posible aportar al organismo más hierro hemo sin desviarse de la dieta comiendo legumbres, alubias, frutos secos y frutas deshidratadas.
Antojos de verduras o mariscos
Además de las verduras de hoja verde y el marisco, nos pueden apetecer los cereales, los huevos, las aves de corral o los productos lácteos. Estos antojos pueden ser el resultado de una deficiencia de vitaminas B. Si los atracones se deben al estrés o a la depresión, es especialmente probable que se trate de una carencia de vitaminas B1, B5, B6, B9 o B12. Algunos medicamentos pueden causar una deficiencia de vitaminas del grupo B, por lo que es necesario consultar al médico si éste es el problema.
Carbohidratos
Si el antojo es de pasta, pan u otros carbohidratos, probablemente se tiene una deficiencia de nitrógeno. Para compensar esta deficiencia sin comer carbohidratos poco saludables, hay que comer más carne roja o pescado graso. También se puede satisfacer esta necesidad comiendo frutos secos, judías o semillas de chía.
Antojos salados
Aunque la carencia de sodio es poco frecuente, el deseo de comer alimentos salados también puede ser el resultado de una carencia de cloruro o de silicio. En ese caso, hay que comer más pescado graso y semillas. También se puede obtener lo que se necesita de los frutos secos, especialmente de los anacardos.
Evitar las carencias con un suplemento completo
Si se piensa que no se pueden separar los antojos saludables de los insanos, lo mejor es reducir la probabilidad de experimentarlos por completo. Esto se consigue tomando un suplemento diario que satisfaga las necesidades dietéticas específicas de cada sexo.