Cada año aumentan las investigaciones que respaldan la importancia de mantener un equilibrio saludable de bacterias intestinales para una buena salud general. Sin embargo, muchos de los efectos sobre la salud conocidos hasta ahora de un microbioma sano afectaban al sistema digestivo. ¿Podrían afectar también las bacterias intestinales a la protección del sistema inmunitario frente a las infecciones e incluso a la prevención de enfermedades autoinmunitarias? Nuevas investigaciones sugieren que las bacterias intestinales y la función del sistema inmunitario están vinculadas de varias maneras fundamentales.
El microbioma y la salud
El mundo occidental ha pasado gran parte del siglo pasado en una batalla contra las bacterias. Hemos desarrollado una amplia variedad de antibióticos para tratar incluso las infecciones más leves. También esterilizamos nuestros hogares y nuestra comida bajo la premisa de que las bacterias son perjudiciales para la salud. Las nuevas investigaciones sobre el microbioma intestinal han dado la vuelta a esta suposición, ofreciendo pruebas sólidas de que muchas bacterias son buenas para el bienestar humano e incluso esenciales para nuestra salud.
Todo lo que comemos pasa por nuestro tracto gastrointestinal, y los nutrientes clave se absorben a través de los intestinos. El tracto gastrointestinal no es un tubo estéril, sino un complejo ecosistema que contiene una gran variedad de bacterias. Estas bacterias ayudan a descomponer los macronutrientes en fragmentos más fáciles de absorber y también son esenciales para absorber ciertas vitaminas.
Tener un equilibrio bacteriano adecuado es crucial para gozar de buena salud. Las bacterias adecuadas no sólo contribuyen a nuestra salud nutricional, sino que también pueden interactuar con el resto del organismo de diversas maneras. Varios estudios han sugerido que nuestro microbioma desempeña un papel importante en la regulación del sistema inmunitario, ayudando a nuestro organismo a eliminar a los invasores y evitando al mismo tiempo que ataquen nuestros propios tejidos.
Relación entre las bacterias intestinales y el funcionamiento del sistema inmunitario
La enfermedad autoinmune ha sido descrita por los médicos como “un caso de identidad equivocada“. Las personas con enfermedades autoinmunes tienen un sistema inmunitario crónicamente hiperactivo que ataca a sus propios tejidos, lo que provoca la destrucción de los tejidos así como una inflamación crónica.
Varios estudios han encontrado vínculos entre el desequilibrio del microbioma intestinal y las enfermedades autoinmunes. Las personas con enfermedades autoinmunes suelen tener una menor diversidad de bacterias intestinales, así como menores cantidades de las bacterias conocidas por ser beneficiosas. Muchos científicos y médicos creen que los problemas con nuestra flora natural pueden causar enfermedades autoinmunes y que el restablecimiento de un microbioma sano debe ser una parte clave del tratamiento de los trastornos autoinmunes.
¿Puede afectar la falta de vitamina D a la salud intestinal?
Muchas personas en el mundo occidental padecen niveles bajos de vitamina D. Esto puede tener efectos devastadores en el sistema inmunitario. La vitamina D no sólo es esencial para la función inmunitaria, sino que también parece prevenir ciertos tipos de enfermedades autoinmunitarias. El bajo nivel de vitamina D se ha relacionado en varios estudios con enfermedades autoinmunes e incluso se considera un factor de riesgo. Debido a los conocidos vínculos entre el cáncer de piel y la exposición al sol, muchas personas evitan la luz solar, la principal fuente histórica de este nutriente. Además, la dieta occidental es extremadamente baja en alimentos ricos en vitamina D que podrían compensar nuestra aversión a la luz solar natural.
Según una nueva investigación, la relación entre la vitamina D y las enfermedades autoinmunes puede deberse en parte a la relación entre la carencia de vitamina D y una mala salud intestinal. La vitamina D parece ser muy importante para las bacterias intestinales. Tomar esta vitamina puede ayudar a restablecer un microbioma sano. Al mismo tiempo, unas bacterias intestinales sanas pueden aumentar la absorción de esta vitamina. Tener un equilibrio poco saludable de bacterias puede desencadenar una espiral descendente en la salud en la que el cuerpo absorbe menos vitamina D, y luego sufre de un microbioma cada vez más deficiente debido a la escasez de la vitamina.
La población moderna está más expuesta que nunca a la deficiencia de vitamina D y al desequilibrio intestinal. ¿Podrían ser estos factores la causa de las crecientes tasas de enfermedades autoinmunes, así como de otras enfermedades crónicas devastadoras?
Mantener un intestino sano para el ritmo circadiano y más
Todo el mundo desea gozar de buena salud y tener un sistema inmunitario que funcione en plena forma. Sin embargo, esto puede ser un reto en el mundo moderno. Nuestra comida y nuestros hogares son más limpios e higiénicos que nunca, lo cual es tanto una bendición como una maldición. Ya no ingerimos la variedad de bacterias saludables que nuestro organismo necesita.
Además, la dieta occidental estándar no favorece una buena salud intestinal. Las fuentes de fibra soluble e insoluble son necesarias para alimentar nuestro microbioma de modo que florezcan las bacterias intestinales adecuadas. Se conocen como “prebióticos”, ya que pueden tomarse antes que los probióticos para mantener una población sana de bacterias intestinales. Aunque es importante seguir una dieta sana, tomar tanto prebióticos como probióticos puede compensar las deficiencias inherentes a nuestros alimentos.
Consumir suficiente vitamina D también es importante para la salud digestiva e inmunitaria. Una persona de piel clara puede obtener la vitamina D que necesita con sólo diez minutos de luz solar directa. Las vísceras y algunos aceites también son buenas fuentes de este nutriente.
En un mundo lleno de opciones poco saludables, estar sano requiere una elección consciente. Mantener una buena salud intestinal sólo requiere cambios mínimos en el estilo de vida. Sin embargo, puede tener efectos espectaculares sobre el sistema inmunitario, ayudando al organismo a combatir enfermedades de todo tipo.