Uno de los mayores estudios sobre la microbiota humana jamás realizados ha descubierto una fuerte correlación entre la salud intestinal y el envejecimiento saludable. Según el estudio, las personas que viven hasta los 100 años tienen ecosistemas de microbioma intestinal únicos, similares a los encontrados en personas sanas de 30 años. Este estudio es sólo el último de una serie creciente de investigaciones sobre los efectos beneficiosos de una buena salud intestinal.
Salud intestinal y envejecimiento saludable: ¿cuál es el vínculo?
Según un nuevo estudio publicado en la revista mSphere, la salud intestinal puede ser más importante de lo que se piensa. El estudio fue realizado por investigadores del Lawson Health Research Institute de la Western University de Ontario en colaboración con investigadores del Tianyi Health Science Institute de China.
Los investigadores analizaron la microbiota intestinal de aproximadamente 1.000 personas extremadamente sanas con edades comprendidas entre los 3 y los 100 años. Todos los participantes fueron seleccionados en función de su estado de salud extremo, definido como la ausencia de enfermedades declaradas, incluso en miembros de la familia. Ningún participante fumaba, bebía alcohol, declaraba un estado de ánimo bajo ni se le habían recetado antibióticos o medicamentos en los últimos tres meses. Todos los participantes declararon no tener antecedentes familiares de enfermedades gastrointestinales, cardiometabólicas o neurológicas.
Se utilizó la secuenciación del ARN ribosómico 16S para analizar la composición microbiana específica del intestino de los participantes en el estudio. El estudio reveló varias conclusiones importantes: los ancianos extremadamente sanos tenían una composición microbiana similar a la de personas mucho más jóvenes. Sólo se encontraron diferencias importantes en la microbiota intestinal antes de los 20 años. Entre los 30 y los 100 años, la microbiota permaneció prácticamente inalterada. En general, la composición de las bacterias intestinales parece ser más variable en los hombres que en las mujeres. Según los autores del estudio, los resultados sugieren que las bacterias intestinales de las personas mayores sanas difieren muy poco de las de las personas jóvenes sanas.
Los investigadores esperan que este tipo de investigación conduzca a nuevos diagnósticos del microbioma y al uso de probióticos y dieta para mejorar los biomarcadores de salud, pero aún no han entendido la causalidad. Los investigadores no saben si el envejecimiento saludable está predeterminado por las bacterias intestinales o si comer bien y hacer ejercicio mejora las bacterias intestinales y la salud.
Las bacterias intestinales influyen en muchos aspectos de la salud
En los últimos años, los investigadores han descubierto otras formas en que las bacterias intestinales pueden influir en la salud, el estado de ánimo e incluso el comportamiento. Algunos de los estudios más sorprendentes han descubierto que las bacterias intestinales pueden influir en la dieta. Dos estudios distintos analizaron el impacto de las bacterias intestinales en la dieta y el éxito reproductivo de las moscas de la fruta. Un estudio descubrió que las bacterias del intestino de los mosquitos influyen en sus hábitos de búsqueda de comida y que esta influencia podría transmitirse a las generaciones futuras. Los investigadores descubrieron que los mosquitos no sólo se alimentan de nutrientes para equilibrar su dieta, sino también para fomentar cultivos sanos de bacterias intestinales. El segundo estudio descubrió que las bacterias intestinales influyen en la inversión de las moscas de la fruta en la reproducción, en su éxito reproductivo e incluso en la masa corporal de sus crías.
Los investigadores creen que sólo están rozando la superficie de las funciones que desempeñan las bacterias intestinales en la salud humana. Lo que sí se sabe es que los microorganismos del intestino, el llamado “microbioma”, influyen en los rasgos fisiológicos. Se sabe que el estrés, el sistema gastrointestinal y el sistema inmunitario interactúan entre sí. De hecho, el estrés psicológico provoca incluso un cambio casi inmediato en las poblaciones de bacterias intestinales. Ciertas bacterias también influyen en el modo en que el estrés afecta al sistema inmunitario.
El estrés, a través de su efecto sobre las bacterias intestinales y el sistema inmunitario, puede incluso alterar la función cerebral. Los investigadores han descubierto que las bacterias intestinales pueden influir en la depresión, el estrés, la memoria y la ansiedad de algunas personas. Las bacterias intestinales pueden incluso comunicarse y producir las mismas sustancias neuroquímicas que utiliza el cerebro para transmitir información. Estos neuroquímicos producidos por las bacterias intestinales incluyen el GABA, la serotonina y la dopamina, que regulan el estado de ánimo.
Cómo mantener unas bacterias intestinales sanas
En el cuerpo humano hay casi 40 billones de bacterias, la mayoría de las cuales se encuentran en el intestino. Este creciente número de investigaciones demuestra la importancia de mantener unas bacterias intestinales sanas. En general, una microbiota diversa se considera saludable, ya que cuantas más especies de bacterias haya en el intestino, más beneficios potenciales para la salud pueden aportar.
Hay muchas formas de influir en los tipos de bacterias del intestino y fomentar el crecimiento de bacterias beneficiosas. Lo mejor es seguir una dieta rica en judías, frutas, legumbres, verduras y alimentos fermentados como el kéfir, el kimchi y el yogur. Los alimentos fermentados suelen ser ricos en lactobacilos, una forma de bacteria con beneficios para la salud. Las personas que consumen mucho yogur tienden a tener más lactobacilos en el intestino y menos Enterobacteriaceae, asociadas a enfermedades crónicas e inflamación.
Es importante seguir una dieta variada con muchos tipos diferentes de alimentos. La dieta occidental no es variada y es rica en azúcares y grasas. Se calcula que tres cuartas partes de los alimentos del mundo proceden de sólo 12 especies vegetales y cinco especies animales. Los estudios han indicado que la microbiota intestinal es más diversa en las zonas rurales de Sudamérica y África que en Estados Unidos y Europa, ya que las regiones rurales suelen tener una dieta variada.
Los edulcorantes artificiales deben evitarse porque se ha descubierto que tienen un impacto negativo en las bacterias intestinales. Se ha demostrado que la sacarina, en particular, afecta significativamente al equilibrio de las bacterias en los seres humanos. En última instancia, tanto los probióticos como los prebióticos pueden ayudar a mantener un equilibrio saludable de la microflora intestinal y promover la salud general.