Nuevos estudios que relacionan la luteína y la salud cerebral sugieren que consumir una cantidad suficiente de ciertos compuestos vegetales como la luteína es esencial para la inteligencia y la función cognitiva.
La investigación moderna está empezando a arrojar luz sobre la importancia de una buena nutrición como medio para mantenerse sano y prevenir enfermedades. No cabe duda de que los medicamentos y las intervenciones quirúrgicas son tratamientos importantes, pero muchas personas preferirían mantenerse sanas ante todo introduciendo sencillos cambios en su estilo de vida. Aunque la mayoría de la gente conoce la importancia de las vitaminas C y E, parece que los carotenoides -en particular el compuesto vegetal luteína- también pueden desempeñar un papel fundamental. Si se quiere que el cerebro funcione a pleno rendimiento, es importante ingerir una cantidad suficiente de este nutriente poco conocido.
¿Qué es la luteína?
La luteína y su compuesto relacionado, la zeaxantina, se encuentran en muchos alimentos vegetales. Está relacionada con la vitamina A y, al igual que ésta, parece desempeñar un papel importante en la salud ocular y la vista. En concreto, actúa como un pigmento que filtra la luz que entra en el ojo y, por tanto, previene daños. Por si esto no fuera un papel suficientemente importante, nuevas investigaciones indican que la luteína también puede tener un gran impacto en la salud cerebral.
Las personas con Alzheimer y otras formas de demencia tienen menos luteína en los ojos que las que no padecen enfermedades neurodegenerativas. En un estudio reciente, los ancianos con demencia que recibieron suplementos de luteína en su dieta desarrollaron más luteína en los ojos, una mejor visión y también una mayor función cognitiva. Con el tiempo, la luteína puede incluso afectar a la arquitectura del cerebro, ayudándole a remodelarse y a responder a posibles amenazas externas.
No es el primer estudio que encuentra una relación entre este pigmento ocular y la función cognitiva; otros estudios han descubierto que la luteína constituye una gran parte de los carotenoides del tejido cerebral de los niños. La luteína parece acumularse en el cerebro humano y la cantidad acumulada está relacionada con la inteligencia. Estos cambios no son sólo autoinformados, sino que también pueden observarse en las resonancias magnéticas. Las personas que tomaron luteína tenían un espacio interventricular más pequeño y un tejido cerebral más robusto que las que no la tomaron.
La luteína y la salud del cerebro
La luteína parece ser especialmente importante para construir, mantener y preservar un tipo de función cognitiva llamada “inteligencia cristalizada“. La inteligencia cristalizada es básicamente la bóveda de habilidades y conocimientos cotidianos que uno ha construido a lo largo de su vida. Este tipo de inteligencia se ve especialmente afectada en las personas con demencia, que a menudo olvidan cosas cotidianas mundanas como el nombre de su perro o cómo hacer bien la cama. Con el tiempo, la mayoría de las personas con demencia olvidan cómo realizar incluso las tareas más sencillas y llegan a necesitar cuidadores a tiempo completo.
A diferencia de muchas vitaminas, la luteína se acumula principalmente en la materia gris de nuestro cerebro. Está presente en las membranas celulares de las células neuronales, repartidas por todo el tejido cerebral responsable del pensamiento consciente y la toma de decisiones. Los altos niveles de luteína en el cerebro parecen tener un efecto neuroprotector, evitando que las personas desarrollen muchos trastornos graves como la demencia. Parece actuar como un andamiaje, permitiendo que las células sean más resistentes y funcionales a medida que avanzamos en nuestra vida cotidiana. Las personas mayores que siguen una dieta rica en este nutriente tienen menos probabilidades de desarrollar demencia y también de mantener un alto nivel de funcionalidad a lo largo de su vida.
¿Tomamos suficiente luteína?
Si nos preocupa la luteína y la salud del cerebro, hay algunas formas de asegurarnos de que obtenemos suficiente cantidad de este nutriente vital. En primer lugar, hay que comer varias raciones al día de alimentos ricos en luteína, entre los que se incluyen:
- brécoles
- verduras de hoja verde como las espinacas y la col rizada
- calabacines y otras calabazas
- maíz
- pimientos naranjas
- uvas
- kiwi
- zumo de naranja
- huevos
Estos alimentos deben consumirse con alimentos grasos, ya que la luteína se absorbe mejor en presencia de alimentos ricos en grasas. Además, asegúrese de consumir diariamente una cantidad suficiente de estos alimentos ricos en luteína, ya que este nutriente tarda un tiempo en acumularse hasta alcanzar niveles apreciables en el cerebro. Por último, se puede considerar la posibilidad de tomar un suplemento. Aunque muchas multivitaminas del mercado contienen una pequeña cantidad de luteína, no suele ser suficiente para mantener una función cerebral y ocular óptima. Probablemente será necesario encontrar un multivitamínico especial o una forma de tomar una píldora bajo la lengua o mediante una inyección durante el resto de la vida.
Aunque se necesita más investigación, la luteína parece ser una de las formas naturales más prometedoras de mantener el cerebro funcionando lo mejor posible a lo largo de la vida. Los vínculos entre la luteína y la salud cerebral sugieren que este nutriente puede ser uno de los factores más importantes para mantener la vista y la función cognitiva sanas durante las últimas décadas de la vida.