El estrés y las relaciones son dos cosas que casi todo el mundo experimenta en algún momento de su vida. En este breve artículo hablaremos de los distintos tipos de estrés a los que pueden estar expuestos los individuos, de por qué el estrés y las relaciones a menudo no casan bien y de cómo las personas que mantienen relaciones pueden evitar que el estrés se interponga entre ellos y quienes son más importantes para ellos.
Diferentes tipos de estrés
El estrés se define como una fuerza interna o externa que dura un largo periodo de tiempo y puede afectar al estado físico o mental del organismo. Dicho esto, cada persona experimenta el estrés de forma diferente. Lo que a una persona le provoca ansiedad e inquietud puede no hacerlo en otra. Además, hay numerosos tipos de estrés que pueden afectar a una persona. Entre ellos están:
Estrés social y personal
Esta forma de tensión suele precipitarse por las relaciones personales o las experiencias difíciles a las que se enfrenta una persona excesivamente tensa, como un matrimonio difícil, problemas con los hijos o los padres, un familiar o amigo íntimo enfermo, problemas laborales o dificultades económicas.
Estrés físico
Los estresores físicos pueden definirse como factores inductores de tensión que causan manifestaciones físicas o biológicas que pueden desembocar en dolor o enfermedad. Este tipo de estresores puede incluir enfermedades, toxinas ambientales o alérgenos que producen síntomas físicos, desequilibrios hormonales sistémicos o traumatismos físicos causados por un accidente agudo o un maltrato físico.
Estrés psicológico
Este tipo de factor estresante afecta al estado mental o emocional del afectado. Por ejemplo, el dolor por la muerte de un ser querido o el tormento de tomar una decisión equivocada o que cambia la vida pueden provocar problemas psicológicos importantes.
El impacto del estrés en el individuo
Podría decirse que el impacto más significativo y directo que el estrés puede tener sobre el organismo de una persona afectada son los cambios en el equilibrio hormonal. Las concentraciones sistémicas desequilibradas de hormonas tienen el potencial de producir muchas manifestaciones indeseables para la salud.
Las personas expuestas a periodos prolongados de ansiedad elevada experimentan un aumento de la secreción de lo que científicamente se conoce como hormonas del estrés. Estas sustancias, las más comunes de las cuales son la epinefrina y el cortisol, ayudan inicialmente al organismo a reaccionar y hacer frente a situaciones alarmantes o llenas de tensión. Sin embargo, con el tiempo, las hormonas del estrés pueden llegar a causar inflamación sistémica.
La inflamación puede provocar el dolor y el malestar asociados a numerosas lesiones físicas, además de debilitar el sistema inmunitario, dañar las células, los tejidos y los órganos y, en última instancia, provocar diversas enfermedades como diabetes, cardiopatías, cáncer y problemas reproductivos que podrían derivar en infertilidad. Las manifestaciones mentales y físicas del estrés también pueden provocar problemas de pareja.
La correlación entre estrés y relaciones de pareja
Las personas muy estresadas son propensas a experimentar diversos síntomas físicos o emocionales. Además, los altos niveles de estrés también pueden hacer que las personas descarguen sus frustraciones en sus relaciones cercanas, especialmente en sus cónyuges o parejas. El estrés puede dañar las relaciones causando problemas como: disminución de la libido, problemas de rendimiento sexual, fluctuaciones bruscas del estado de ánimo y una sensación general de tensión y aprensión. Si estos problemas persisten, las relaciones que comparten las personas afectadas pueden acabar dañándose o terminando.
Técnicas para reducir el estrés
Una forma de evitar que el estrés dañe las relaciones es impedir que esta afección ejerza un dominio absoluto sobre la vida y los sentimientos de una persona. Puede que sea imposible evitar todos los factores estresantes en todo momento. Sin embargo, hay ciertas actividades para romper la tensión que pueden reducir la incidencia y la gravedad del estrés.
Las técnicas de relajación como el yoga, la meditación y los ejercicios de respiración profunda pueden ser especialmente relajantes. También se ha demostrado que practicar algún tipo de actividad física, como correr, caminar o practicar algún deporte, ayuda a aliviar el estrés y favorece la salud. Establecer un grupo de personas comprensivas a las que acudir cuando se necesita desahogar frustraciones, reír y disfrutar del lado más ligero de la vida puede ser extremadamente importante. Escuchar música o dedicarse a un hobby como la lectura o la jardinería, evitar actividades perjudiciales como el consumo excesivo de alcohol o drogas y pensar en todos los acontecimientos y asociaciones positivas de la vida también pueden ser reductores eficaces del estrés.
Tomar un suplemento de hierbas naturales que contenga ingredientes relajantes como la lavanda o hierbas conocidas como adaptógenos también puede ayudar al organismo a mitigar los efectos del estrés.
Cómo ayudar a la pareja a afrontar el estrés
Aunque participar en actividades que eliminen el estrés puede ser una salida productiva para liberar tensiones, a veces la pareja de la persona estresada también puede desempeñar un papel fundamental a la hora de ayudarle a superar sus problemas y mantener una relación sana y óptima. Los expertos en relaciones y los entrenadores de vida sugieren que la pareja de una persona estresada puede tomar varias medidas, entre ellas:
Ser compasivo
Tratar de empatizar con lo que está pasando la otra persona e intentar mostrar paciencia y comprensión.
Prestar oído
La pareja de una persona estresada puede ayudar a prevenir las dificultades en la relación estando dispuesta a escuchar y dejando siempre abiertas las líneas de comunicación.
Estar atento a los síntomas relacionados con el estrés
Cuando el cónyuge o pareja experimenta síntomas relacionados con el estrés, el otro miembro de la pareja debe animar a la persona afectada a encontrar una salida productiva para su tensión, organizar actividades o sugerirle que participe en actividades que reduzcan el estrés.
Comprender que el estrés es parte de la vida
Aunque el estrés forme parte normal de la vida, los periodos de tensión excesiva acaban pasando y es importante tenerlo siempre presente.