Hoy en día, muchas mujeres y hombres sufren un desequilibrio hormonal no diagnosticado, que puede dar lugar a un sinfín de problemas de salud, como aumento de peso inexplicable, caída del cabello, insomnio, cambios de humor, ansiedad, irritabilidad, síndrome premenstrual e incluso libido baja. Muchas de las causas de los desequilibrios hormonales pueden sonar familiares: el estrés, la toma de ciertos medicamentos, el consumo excesivo de alcohol y tabaco y la falta de ejercicio. Otras causas son menos conocidas. Entre ellas están la exposición a sustancias químicas similares a los estrógenos en el medio ambiente y en los productos de cuidado personal, las hormonas presentes en los alimentos y la típica dieta americana, que tiende a favorecer el predominio de estrógenos. Hay otra causa de desequilibrio hormonal que puede sorprenderte: El exceso de azúcar.
Los peligros de un exceso de azúcar
El cuerpo humano está formado por innumerables procesos que funcionan a la perfección cuando goza de buena salud. Ningún sistema corporal funciona por sí solo; todo está interconectado. Esto incluye hormonas aparentemente inconexas como la insulina, responsable de mantener un nivel saludable de azúcar en sangre, y las hormonas sexuales testosterona, estrógeno y progesterona. Cuando comemos azúcar o alimentos azucarados (incluidos los carbohidratos refinados), el cuerpo libera una oleada de insulina para ayudar a eliminar el azúcar del torrente sanguíneo y llevarla a las células, donde se utiliza como energía.
Cuando se consumen cantidades normales de azúcar, este proceso funciona bien y cumple sus objetivos: 1) eliminar el exceso de azúcar del torrente sanguíneo y 2) proporcionar a las células el azúcar (glucosa) que necesitan para funcionar. Sin embargo, cuando se consumen grandes cantidades de azúcar o carbohidratos refinados, hay demasiada cantidad para que las células la utilicen a la vez. Las cantidades elevadas de azúcar no sólo provocan un gran aumento de la insulina en un intento del organismo de hacer frente a todo ello, sino que el exceso que las células no pueden utilizar para obtener energía se almacena en las células grasas, lo que provoca un aumento de peso, especialmente alrededor del abdomen (la denominada “barriga de trigo”). Con el tiempo, el consumo constante de grandes cantidades de azúcar y carbohidratos refinados y el consiguiente subidón de insulina pueden provocar una enfermedad denominada resistencia a la insulina, en la que las células no responden adecuadamente a la insulina, es decir, dejan de escuchar su señal para absorber la glucosa que necesitan para obtener energía.
La resistencia a la insulina provoca un aumento de los niveles de azúcar en sangre, colesterol alto, incrementa el riesgo de diabetes y, en última instancia, favorece el desequilibrio hormonal. Algunas señales de alarma son la caída del cabello, la libido baja y los ciclos irregulares en las mujeres, y la pérdida de libido, la incapacidad para rendir en la cama y características femeninas como el crecimiento de los senos en los hombres.
El azúcar y las hormonas
Cuando se desarrolla resistencia a la insulina por comer demasiado azúcar, bajan los niveles de testosterona. Los niveles bajos de testosterona son responsables de la disminución de la libido en los hombres y también afectan a la función y el rendimiento sexual. Los hombres con niveles bajos de testosterona tienden a ganar peso y, al mismo tiempo, a perder masa muscular. La testosterona baja en las mujeres puede causar libido baja, exceso de grasa corporal y pérdida de claridad mental, junto con cambios de humor y ansiedad.
Los niveles elevados de insulina también contribuyen a elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Juntos, los niveles elevados de insulina y cortisol pueden agravar el aumento de peso y los problemas de libido baja. Además de su efecto sobre la insulina, comer demasiado azúcar también provoca una disminución de la hormona del crecimiento, una hormona a veces llamada la “Fuente de la Juventud”, que está asociada con el mantenimiento de una masa muscular sana, un metabolismo adecuado de las grasas, unos niveles sanos de testosterona y el deseo sexual. Y así, la trama del azúcar y la libido se complica…
¿Cómo afecta también el azúcar a la libido?
¿Alguna vez has sufrido un “bajón de azúcar” después de comer algo rico en azúcar o carbohidratos refinados? El subidón inicial de energía de los alimentos azucarados siempre va seguido de un bajón, que te deja cansado, perezoso y fatigado. ¿Por qué? Cuando suben los niveles de azúcar en sangre, la función de la insulina es reducirlos. Cuando los carbohidratos refinados o los azúcares provocan un pico rápido y drástico de insulina, el resultado suele ser que el nivel de azúcar en sangre baja DEMASIADO, haciendo que de repente te sientas cansado, tembloroso y posiblemente hambriento de nuevo. Este sube y baja constante puede aumentar la sensación de estrés y ansiedad e incluso provocar cambios de humor. Es un círculo vicioso.
A la larga, el azúcar puede proporcionar un rápido impulso de energía, pero al final acaba dejándote cansado, ¡lo que no es muy propicio para mantener tu apetito sexual! También se ha demostrado que el azúcar disminuye los niveles de un neurotransmisor llamado orexina, que es responsable de mantener un apetito saludable, así como de mantenerte despierto. No es sorprendente que los niveles bajos de orexina también estén asociados a una libido baja.
¿Qué se puede hacer cuando se trata del azúcar y la libido?
Si experimenta síntomas de desequilibrio hormonal, como ansiedad, cambios de humor, aumento de peso inexplicable, “niebla cerebral” y libido baja, siempre es una buena idea acudir al médico para que compruebe sus niveles hormonales. Además, algo tan sencillo como echar un vistazo a tu dieta y a factores de tu estilo de vida como el tabaco, el consumo excesivo de alcohol y la falta de ejercicio puede ser la clave para volver a sentirte como antes. Elimine el azúcar y los carbohidratos refinados en la medida de lo posible. En su lugar, siga una dieta rica en proteínas magras, grasas saludables, hidratos de carbono complejos y verduras de hoja verde, y podría volver a estar en el buen camino hacia un equilibrio hormonal saludable y una libido sana.