Los dispositivos electrónicos nos han permitido estar más conectados, pero también más distanciados. Los teléfonos inteligentes, las tabletas y otros dispositivos nos dan acceso a la información, las redes sociales y el correo electrónico las 24 horas del día. Aunque esto debería facilitar la gestión de nuestras vidas y el mantenimiento de conexiones significativas, parece que en realidad nos está obstaculizando en estas áreas. Una nueva investigación sugiere que la solución puede ser una desintoxicación digital periódica.
El lado negativo de la vida digital
No cabe duda: La mayoría de la gente moderna depende de sus dispositivos digitales. Permanecemos conectados con amigos y familiares en Facebook, colaboramos en proyectos de trabajo en línea y nos entretenemos con Netflix o libros electrónicos. Tener este acceso constante tiene sus ventajas: Podemos atender emergencias laborales con un par de toques en el teléfono y estar localizables en segundos en caso de emergencia.
Sin embargo, este sistema también tiene sus inconvenientes. Muchas personas están encadenadas invisiblemente a sus dispositivos. Se sabe que la luz azul de los dispositivos electrónicos altera el ritmo circadiano y retrasa el inicio del sueño. El uso de teléfonos inteligentes se ha relacionado con el aumento constante de los trastornos del sueño, que ahora afectan a casi la mitad de los adultos estadounidenses. El uso constante de dispositivos nos hace menos empáticos y dificulta nuestra capacidad para comunicarnos eficazmente. Incluso puede aumentar el narcisismo. Los investigadores han identificado que el uso constante de la tecnología puede causar déficits leves de atención y falta de pensamiento crítico, una afección apodada “síndrome del cerebro de mono”. Parece que el acceso constante a la tecnología puede ser una amenaza tanto para la salud pública como para la individual. ¿Cuál es la respuesta?
¿Qué pasa cuando nos desconectamos?
Una nueva investigación sugiere que desconectar de la tecnología puede ser bueno para nuestra salud física, emocional y social. En un estudio reciente, los investigadores llevaron a un grupo de personas a Marruecos. Pasaron la primera noche socializando en un hotel con acceso total a sus dispositivos. Después, los llevaron al desierto y les quitaron el acceso digital. Los resultados fueron sorprendentes. Los sujetos de la investigación no sólo entablaron amistades más profundas y tuvieron interacciones de mayor calidad, sino que también tenían mejor postura, se sentían más descansados a pesar de dormir la misma cantidad de horas y eran capaces de desarrollar soluciones más creativas a sus problemas.
¿Ha llegado la hora de que los estadounidenses y los europeos se deshagan de sus smartphones y dispositivos? Por desgracia, esto no es posible en el mundo moderno. Sin embargo, tomarse de vez en cuando unos días libres de dispositivos, lo que se conoce informalmente como “desintoxicación digital”, puede ser beneficioso. Estar conectado regularmente durante el día y la noche agota las reservas de nutrientes en zonas críticas de nuestro cerebro. Bastan unos pocos días para reconstruir estas reservas y deshacer el daño causado por el uso constante de las pantallas.
Opciones para la desintoxicación digital
La gente moderna no necesita asistir a un costoso retiro de desintoxicación digital para desconectar durante unos días. Si queremos que nuestra mente descanse de la carrera de la rata online, planifiquemos un fin de semana sin conexión. Avisemos con antelación a compañeros de trabajo, amigos y familiares de que no estaremos localizables durante un periodo de tiempo determinado y planifiquemos unos días de relax y diversión. Al final de la desintoxicación, los expertos recomiendan plantearse seriamente cómo reincorporarse al mundo digital. ¿Se puede reducir el tiempo que se pasa con los dispositivos? ¿Qué aplicaciones mejoran la vida y cuáles la hacen más estresante? Una vez que hayamos cambiado nuestro “cerebro de mono” por uno más humano, será más fácil analizar críticamente cómo afectan los medios a nuestra existencia.
No cabe duda: La vida moderna exige que la mayoría de la gente tenga cierto tiempo de pantalla y acceso digital. Sin embargo, podemos usar estas cosas con moderación en lugar de dejar que gobiernen nuestras vidas y causen trastornos neurológicos. Apartar los teléfonos y otros dispositivos durante unos días puede ser justo lo que el médico nos ha recetado. Se supone que la tecnología moderna debe hacernos la vida más fácil, no más difícil.