Las investigaciones sobre la relación entre las bacterias intestinales y la EII sugieren que un microbioma intestinal equilibrado puede ser crucial para tratar esta enfermedad.
Cada vez son más las investigaciones sobre la importancia del microbioma intestinal que inundan los periódicos y revistas científicas. Se han relacionado las bacterias que viven en nuestro tracto gastrointestinal con la salud digestiva, el riesgo de diabetes e incluso con la salud mental y el estado de ánimo. Las últimas investigaciones sobre las bacterias intestinales y la EII sugieren que una flora gastrointestinal sana puede ayudar a las personas con enfermedades inflamatorias intestinales (EII), como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
¿Qué es la enfermedad inflamatoria intestinal (EII)?
La enfermedad inflamatoria intestinal, o EII, no es un trastorno único, sino más bien un grupo de varias enfermedades diferentes. Todos los tipos de EII causan inflamación del tracto gastrointestinal. Esta categoría incluye la enfermedad de Crohn, así como muchos tipos diferentes de colitis crónica. Aunque las afecciones individuales agrupadas como EII difieren, todas tienen varias cosas en común. La inflamación del tracto gastrointestinal provoca diarrea, mala digestión, mala absorción de nutrientes y otros síntomas.
Actualmente existen varios tratamientos para la EII, pero muchas personas los evitan debido a sus elevados índices de efectos secundarios. Muchos de estos tratamientos se centran en suprimir el sistema inmunitario, dejando a las personas más susceptibles a las infecciones. Muchas personas intentan controlar estas afecciones con dieta y remedios naturales, pero se sabe poco sobre lo que puede ser eficaz en la batalla contra la EII. Sin embargo, nuevos estudios sugieren varios enfoques naturales que pueden marcar la diferencia.
Bacterias intestinales sanas y EII
Los médicos recomiendan seguir una dieta sana y desarrollar estrategias para afrontar el estrés como formas de tratar la EII. También sugieren consumir alimentos o suplementos ricos en probióticos. Los probióticos, que son alimentos o suplementos que contienen bacterias que forman parte de un tracto gastrointestinal sano, parecen reducir muchos de los síntomas de algunos tipos de EII, como la colitis ulcerosa. Las investigaciones han descubierto que algunos casos de EII están relacionados con niveles elevados de bacterias poco saludables en el tracto gastrointestinal. Un suplemento probiótico puede colonizar el intestino con bacterias buenas, que proliferan y desplazan a las bacterias malas.
Los nuevos conocimientos sobre la relación entre determinados tipos de bacterias y la EII también pueden ser útiles para identificar distintos tipos de EII. En la actualidad, estas enfermedades se diagnostican mediante biopsia, que requiere procedimientos invasivos. Sin embargo, pronto los médicos podrán diagnosticar estas enfermedades con una simple prueba para detectar distintos niveles de bacterias no saludables.
¿Las grasas vegetales podrían ayudar?
Existen muchas teorías sobre cuál podría ser la dieta ideal para la EII. Sin embargo, hasta hace poco no había pruebas sólidas que respaldaran ninguno de los supuestos alimentos. Sin embargo, una nueva investigación sugiere que seguir una dieta rica en grasas vegetales podría calmar gran parte de la inflamación subyacente a la enfermedad inflamatoria intestinal. Los investigadores alimentaron a ratones de laboratorio con EII con distintos tipos de dieta y siguieron sus síntomas junto con los niveles de inflamación de su tracto gastrointestinal. Una dieta rica en grasas vegetales, como el aceite de coco y la manteca de cacao, parece reducir la inflamación y los síntomas que provoca.
¿Cómo pueden las grasas vegetales tener este efecto beneficioso? Según este estudio, parecen alimentar a las bacterias intestinales beneficiosas y ayudarlas a prosperar. Una vez más, un intestino sano parece depender de un equilibrio adecuado de la flora.
Tratar la EII de forma natural
Tanto si se padece EII como si simplemente se tiene algún problema digestivo ocasional, es muy probable que pueda beneficiarse de un tracto gastrointestinal más sano. Las personas que tienen un aparato digestivo sano absorben más nutrientes, sufren menos calambres y otros efectos nocivos y, en general, llevan una vida más sana. Dado que nuestros intestinos se encargan de absorber los nutrientes y excretar los desechos, cuando están desequilibrados pueden surgir muchos problemas médicos. Hay varias formas de contribuir a la salud del tracto gastrointestinal:
- Reducir el estrés o aprender a afrontarlo antes de que afecte a la salud.
- Consumir abundantes grasas vegetales saludables, como el aceite de aguacate y el aceite de coco.
- Asegurarse de que la dieta sea rica en probióticos, ya procedan del yogur, el kéfir, los alimentos fermentados o un suplemento probiótico.
- Evitar los antibióticos a menos que sean totalmente necesarios, ya que eliminan la flora beneficiosa y permiten que florezcan las bacterias patógenas.
- Ingerir mucha fibra soluble, ya que ésta alimenta las bacterias buenas necesarias para una digestión óptima. También se puede tomar un suplemento prebiótico que contenga los alimentos que alimentan un tracto gastrointestinal sano.
- Hacer mucho ejercicio, ya que ayuda al tracto gastrointestinal a moverse con más eficacia.
- Eliminar las grasas saturadas, los azúcares concentrados y los alimentos procesados que favorecen un sistema digestivo menos sano.
Aunque los aceites vegetales y los probióticos no forman parte de la dieta occidental tradicional, cada día son más populares y accesibles. Añadir estos alimentos a la dieta puede ser justo el cambio saludable que el cuerpo necesita para digerir los alimentos de forma más eficaz y sin dolor. Cada vez se relaciona más un equilibrio beneficioso de las bacterias intestinales con la salud de todo el organismo, por lo que es probable que el esfuerzo merezca la pena.