Aunque los investigadores saben desde hace tiempo que una rutina de ejercicio regular puede influir positivamente en la composición del microbioma intestinal, sólo recientemente los científicos han descubierto cómo, a la inversa, un microbioma que funcione correctamente puede dar lugar a músculos más grandes. El hecho de que un microbioma intestinal sano favorezca el aumento de tamaño de los músculos es una buena noticia para las personas que buscan nuevas formas de ganar fuerza.
¿Qué es el microbioma intestinal?
Lo primero que hay que entender es cómo funciona el microbioma intestinal. El microbioma intestinal es un ecosistema biológico formado por billones de bacterias, hongos y otros tipos de organismos diminutos que residen en el interior del sistema digestivo del cuerpo. Por desgracia, la mayoría de las personas no se dan cuenta de la importancia de mantener una salud óptima del microbioma intestinal hasta que éste no funciona a pleno rendimiento. Un microbioma perturbado puede ser causado por una variedad de problemas, incluyendo malas elecciones nutricionales y el uso de antibióticos.
Cuando el microbioma intestinal se altera, puede haber un impacto severo en el sistema inmunológico, los procesos digestivos y más. Por eso es importante ser consciente de cómo las elecciones del estilo de vida pueden afectar a la salud del microbioma intestinal.
Cómo un microbioma intestinal sano favorece unos músculos más grandes
¿Puede un microbioma intestinal sano ayudar a desarrollar la fuerza? Un nuevo estudio realizado por profesionales de la Universidad de Kentucky indica que la función del microbioma podría ser un factor determinante en la capacidad del cuerpo para desarrollar fuerza. Las conclusiones del estudio aparecen en un número reciente de The Journal of Physiology.
Los investigadores administraron antibióticos a la mitad de los ratones del grupo de estudio, mientras que la mitad restante se utilizó como grupo de control. A continuación, el estudio midió el rendimiento de cada grupo de ratones en ruedas de correr durante un periodo de nueve semanas aprox. Los investigadores también pudieron medir y comparar los músculos esqueléticos de los brazos y las piernas de cada grupo de ratones.
El grupo de ratones que recibió antibióticos tuvo un aumento muscular más lento y menos evidente en comparación con los que no recibieron los antibióticos. Dado que está demostrado que el uso de antibióticos altera el funcionamiento normal del microbioma intestinal, los investigadores plantean la hipótesis de que un microbioma intestinal debilitado dificulta la capacidad del organismo para ganar músculo.
Los resultados del estudio sugieren que los ratones necesitan un microbioma que funcione bien para que se produzca un crecimiento muscular como consecuencia del ejercicio. Aunque todavía no es seguro que esto se traslade a los seres humanos, está claro que existe una conexión entre el ejercicio y la función de las bacterias que viven en el interior del intestino.
La conexión entre el ejercicio y el microbioma intestinal
La relación entre el ejercicio y el microbioma intestinal no es un camino de ida. Además de las pruebas que indican que un microbioma intestinal sano puede favorecer el desarrollo de músculos más grandes, un programa de ejercicio regular también puede influir en la salud y la función de las bacterias del intestino. Está claro que el ejercicio regular tiene la capacidad de aumentar el número de especies microbianas al tiempo que favorece la diversidad de las distintas microfloras del intestino.
En un estudio de la Universidad de Illinois, se demostró que hacer ejercicio durante sólo seis semanas tenía un impacto significativo en la composición del microbioma intestinal. Después de este período de ejercicio, los participantes demostraron un aumento en los microbios particulares que impulsan la producción de ácidos grasos de cadena corta. Este tipo de ácidos son fundamentales en la lucha por reducir el riesgo de varias enfermedades inflamatorias, la obesidad, las afecciones cardíacas y la diabetes de tipo 2.
Cómo apoyar un microbioma intestinal sano
Entonces, ¿cómo se puede mantener un microbioma intestinal sano? Hay una serie de cambios en el estilo de vida que pueden hacerse para mejorar la función y la salud del intestino. La forma más eficaz de fomentar el buen funcionamiento de las bacterias intestinales es comer una amplia gama de alimentos saludables. Esto incluye comer con determinación muchas verduras, legumbres, cereales integrales, fruta y judías. Todos estos alimentos aportan abundante fibra, un componente necesario para estimular el crecimiento de las bacterias beneficiosas. Los nutricionistas también recomiendan llevar una dieta que incluya alimentos fermentados como medio para mejorar la función del microbioma. Algunas buenas opciones son el yogur, el chucrut, el kéfir, el kimchi y la kombucha.
Además de centrarse en la dieta, también se puede mantener un intestino sano tomando un suplemento específico que proporcione tanto prebióticos como probióticos. Una combinación rica en probióticos y prebióticos proporcionará los máximos resultados.
Los beneficios de un microbioma intestinal sano parecen no tener fin. Los últimos descubrimientos demuestran que, además de las ventajas para la salud ya conocidas de un microbioma que funcione bien, este sistema también puede impulsar el crecimiento muscular.