Puede que sepa que su cuerpo está expuesto a bacterias cada vez que come algo, pero lo que quizá no sepa es que su sistema digestivo depende de algunas de esas bacterias para funcionar. Las bacterias “buenas” que ingiere ayudan a formar el microbioma intestinal en su tracto gastrointestinal. Este sistema depende de un suministro continuo de bacterias, en particular de bacterias similares a los microbios que ya prosperan en su sistema. Las bacterias que se parecen a las que ya están presentes en el organismo se conocen como probióticos. Además de ayudar a que el sistema digestivo funcione de forma más eficiente, hay nuevas pruebas que sugieren que los probióticos protegen el hígado.
Por qué es importante incluir probióticos en la dieta
Por desgracia, la mayoría de las bacterias que ingerimos son perjudiciales para nosotros. Además, las dietas deficientes, basadas en alimentos ricos en azúcar y grasas trans, favorecen la proliferación de bacterias nocivas en el aparato digestivo. Por eso es importante ser más consciente de lo que se come e intentar consumir alimentos con un alto contenido natural de probióticos. Alimentos como el kimchi, el queso, el yogur, el chucrut y otros alimentos fermentados son excelentes fuentes de probióticos.
¿Qué pueden hacer por usted los probióticos? Su función principal es mejorar el equilibrio de las bacterias del microbioma intestinal. Dado que los probióticos son bacterias buenas, ingerir alimentos ricos en estos microorganismos le ayudará a asegurarse de que tiene suficientes bacterias buenas para equilibrar las malas. Mantener este equilibrio es útil para prevenir o minimizar la diarrea, especialmente cuando ha sido causada por la toma de medicamentos antibióticos. De hecho, un estudio reciente descubrió que la diarrea relacionada con los antibióticos se reducía en un 42%, mientras que la diarrea instigada por otras infecciones disminuía en 25 horas cuando se exponía a los probióticos.
También hay pruebas de que los probióticos pueden mejorar ciertos tipos de enfermedades mentales. Los episodios depresivos, la ansiedad, el autismo y el trastorno obsesivo-compulsivo han mejorado gracias al consumo regular de probióticos. En algunos casos, también ha mejorado la memoria, lo que sugiere que los probióticos pueden ayudar a potenciar el funcionamiento cognitivo. Además, la salud del corazón, las alergias cutáneas, la inmunidad y la obesidad se han beneficiado de la exposición regular a los probióticos.
Un nuevo estudio revela que los probióticos protegen el hígado
Un estudio más reciente ha descubierto que los probióticos también son beneficiosos para la salud del hígado. El reciente estudio consistió en administrar el probiótico común LGG, o lactobacillus rhamnosus GG, a ratones durante un periodo de dos semanas. Una vez acumulado el nivel de LGG en los roedores, se les administraron fuertes dosis de paracetamol, que se ha demostrado que causa daños hepáticos. El fármaco también puede causar la muerte al aumentar los niveles de radicales libres en el organismo, lo que provoca altos niveles de estrés oxidativo.
Sin embargo, los investigadores descubrieron que, en los ratones, los probióticos ayudaban a proteger el funcionamiento del hígado. Mientras que los ratones del grupo de control, que no recibieron dosis de probióticos, sí sufrieron daños hepáticos, los del grupo de prueba no se vieron tan gravemente afectados. Al parecer, los probióticos ayudaron a proteger sus hígados, de modo que el paracetamol afectó a sus hígados en menor medida. Según los autores del estudio, los probióticos proporcionaron al hígado los antioxidantes necesarios para combatir el estrés oxidativo.
Se trata de un hallazgo importante, porque el hígado es responsable de eliminar las toxinas de la sangre, al tiempo que transforma los alimentos en energía para el funcionamiento celular. Al proteger el hígado contra los daños causados por ciertos medicamentos, los probióticos garantizan la salud de todo el sistema gastrointestinal. Además, se ha descubierto que el probiótico LGG protege contra el daño hepático causado por el consumo de alcohol. Este probiótico en concreto también puede proteger contra el desarrollo de la enfermedad del hígado graso, que no está causada por el consumo de alcohol. Los hallazgos que confirman que los probióticos protegen el hígado sugieren que un microbioma intestinal sano beneficia a otras partes del cuerpo, no sólo al tracto gastrointestinal.
¿Qué se puede hacer para fortalecer el microbioma intestinal?
Esta nueva investigación sugiere que su salud en general puede ser protegida, o mejorada, mediante la mejora de su microbioma intestinal. Esto puede hacerse con unos pocos cambios en la dieta que pueden incluso mejorar su experiencia alimentaria.
Seguir una dieta más variada
La dieta típica del mundo occidental es muy limitada y se basa en alimentos procedentes de unas pocas fuentes. Sin embargo, comer una gama más amplia de alimentos, que incluya más frutas, verduras, semillas y frutos secos, introducirá una gama más amplia de bacterias en su microbioma intestinal. Cuantas más bacterias introduzcas en tu organismo, más fuerte será tu microbioma intestinal.
Evitar los edulcorantes artificiales
A menudo, la gente recurre a los edulcorantes artificiales, incluido el aspartamo, como medio para controlar sus niveles de azúcar en sangre. Sin embargo, estudios recientes han descubierto que los edulcorantes artificiales pueden ser tan perjudiciales en este sentido como el azúcar común. Aunque pueden ayudar a limitar el aumento de peso, los edulcorantes artificiales siguen provocando un pico en los niveles de glucosa en sangre y también inhiben la producción de insulina.
Consumir alimentos prebióticos
Los alimentos prebióticos son alimentos que favorecen el crecimiento de bacterias saludables en el intestino después de haber sido consumidos. Se trata de alimentos más difíciles de digerir, como la fibra y los hidratos de carbono complejos. Los almidones resistentes, las frutas y verduras y los cereales integrales contienen prebióticos. El consumo de alimentos ricos en prebióticos puede reducir el riesgo de diabetes, cardiopatías y obesidad. Teniendo en cuenta los enormes beneficios que aportan los probióticos, muchas personas también recurren a los suplementos.
Como sugieren investigaciones recientes, esto le ayudará a experimentar una mejor salud digestiva, a mejorar la salud del hígado y a reforzar la protección de los sistemas de todo el organismo.