El sexo no sólo es bueno para la salud física, sino que cada vez hay más estudios que demuestran que también produce cambios positivos en el cerebro. A continuación explicamos algunas de las formas en que el sexo afecta a nuestro cerebro.
Funciones cognitivas
De hecho, el sexo puede mejorar algunas de las funciones cognitivas del cerebro, lo que puede dar lugar a beneficios como:
El crecimiento de nuevas células cerebrales
Recientemente, investigadores norteamericanos y asiáticos realizaron estudios científicos con ratas de edad avanzada y descubrieron que las que mantenían relaciones sexuales experimentaban neurogénesis, es decir, el crecimiento de nuevas células cerebrales en la zona de la mente encargada de almacenar los recuerdos a largo plazo.
La mejora de la memoria y la lucidez
Las investigaciones han descubierto que aumentar el nivel de actividad sexual puede mejorar la memoria, así como el nivel de alerta. Esto es especialmente cierto en personas de 50 años o más.
Una concentración acrecentada
Algunos investigadores opinan que practicar sexo antes de completar una tarea o responsabilidad importante podría resultar beneficioso. Estos científicos sugieren que esto se debe a que el sexo evita que la mente del participante se desvíe y, por lo tanto, podría agudizar su concentración lo suficiente como para sobresalir en la realización de otras actividades importantes.
La química del cerebro
El sexo hace que el cerebro libere una sustancia química conocida como dopamina, que es una hormona que influye en el estado de ánimo de una persona y le permite disfrutar de sensaciones positivas y alegres. Por lo tanto, las personas que mantienen relaciones sexuales con regularidad pueden experimentar un mayor número de estados de ánimo positivos y mostrar un comportamiento más feliz que las que no lo hacen.
Lucha contra la depresión
Practicar sexo podría estimular procesos químicos en el cerebro que mejoran el estado de ánimo y podrían reducir o incluso prevenir la aparición de la depresión. Algunos científicos han descubierto que el semen contiene sustancias químicas que, una vez sintetizadas por el organismo, poseen propiedades antidepresivas que afectan a la química cerebral y podrían ayudar a prevenir o disminuir la gravedad de la depresión. En 2002, un equipo de investigadores de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany descubrió que las mujeres que mantenían relaciones sexuales sin protección mostraban menos manifestaciones de depresión que las que se abstenían o utilizaban algún método anticonceptivo.
Repercusiones biológicas
El impacto del sexo en el cerebro también puede provocar ciertas manifestaciones físicas:
Aumento del flujo sanguíneo
Se sabe que el sexo tiene numerosos beneficios cardiovasculares. Un estudio realizado en 2005 por científicos holandeses descubrió que los hombres que practicaban sexo experimentaban un aumento de la circulación sanguínea en varias regiones del cerebro. Los hombres no eran el único sexo cuyos cerebros se veían afectados por la estimulación sexual. Un grupo de investigadores de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey estudió a 10 mujeres y descubrió que, en todos los casos, la actividad cerebral aumentaba significativamente cuando alcanzaban un orgasmo.
Mejora de los patrones de sueño
Se cree que las relaciones sexuales mejoran el sueño por varias razones. En primer lugar, los científicos han descubierto que, tras alcanzar el clímax, el cuerpo libera hormonas que inducen un estado de somnolencia. Además, los hallazgos de los investigadores australianos sugieren que, durante el sexo, el cerebro segrega sustancias químicas que poseen propiedades sedantes diseñadas para promover períodos de sueño mejores, más largos y más reparadores. Además, el sexo requiere que el cuerpo y la mente expulsen mayores niveles de energía, lo que también puede hacer que el participante se sienta cansado y con necesidad de descanso.
Alivio del dolor
Se cree que el sexo alivia el dolor y, en ciertos casos, aumenta el umbral de incomodidad del participante. En 2013, un equipo de científicos alemanes estudió a sujetos afectados por migrañas. Todos los participantes en la prueba mantuvieron relaciones sexuales mientras experimentaban el dolor extremo de una migraña. Los investigadores informaron de que las relaciones sexuales aliviaron en cierta medida o eliminaron por completo las molestias en el 60% de los casos.