Si bien es posible que no se esté familiarizado con la vibración de todo el cuerpo, o WBV, por sus siglas en inglés, es una práctica que ha existido durante varias décadas. Una nueva investigación ha descubierto que entre los beneficios de la vibración de todo el cuerpo se incluye la reducción de la inflamación, al tiempo que promueve un microbioma intestinal más saludable.
¿Qué es la vibración de todo el cuerpo?
Introducida inicialmente a principios de los años 90, la vibración de todo el cuerpo es una forma de ejercicio pasivo que consiste en utilizar vibraciones para enviar ondas de energía por todo el cuerpo. El proceso consiste en permanecer de pie, sentado o tumbado sobre una plataforma y soportar una serie de vibraciones. La energía vibratoria hace que todos los músculos se contraigan y expandan repetidamente a lo largo del proceso, ayudando a aumentar y tonificar la masa muscular. Con sesiones diarias de apenas 15 minutos se puede perder peso, mejorar la circulación sanguínea y reducir la producción de hormonas del estrés.
En un estudio reciente, se dividió a los sujetos en dos grupos y se midió el consumo de oxígeno y energía de cada grupo durante la actividad física. Los sujetos del primer grupo fueron sometidos a tratamientos de WBV antes de la prueba, mientras que el segundo grupo no participó en actividades de WBV.
Los investigadores descubrieron que los sujetos que recibieron las vibraciones de todo el cuerpo experimentaron un consumo de oxígeno un 22% mayor y un consumo de energía un 20% mayor. Esto indica que el uso de WBV junto con una rutina de ejercicio regular puede promover una mayor pérdida de peso.
Otras investigaciones han descubierto que la vibración de todo el cuerpo también es beneficiosa para revertir enfermedades como el hígado graso y la intolerancia a la glucosa. También se ha demostrado su eficacia para aliviar el dolor de espalda, reducir la pérdida ósea y mejorar la coordinación muscular en personas mayores. A medida que se realicen más estudios, cabe esperar que los tratamientos con WBV sean eficaces para mejorar la salud de otras formas.
Una nueva investigación señala los beneficios de la vibración de todo el cuerpo
Un estudio reciente de la Universidad de Augusta, en Georgia, se centró en descubrir por qué y cómo los tratamientos con WBV mejoran la salud metabólica, tras descubrir los efectos positivos que presentaba para los diabéticos de tipo 2. El proyecto de investigación consistió en estudiar ratones con deficiencias de leptina, ya que esta anomalía aumenta el riesgo de obesidad y resistencia a la insulina. Tanto la obesidad como la resistencia a la insulina aumentan el riesgo de diabetes de tipo 2, por lo que los investigadores buscaron ratones de prueba que presentaran estas características.
El estudio consistió en examinar los micrófagos de los ratones, que son células del sistema inmunitario relacionadas con el microbioma intestinal y la inflamación general del organismo. Se dividió a los ratones en un grupo de control y un grupo de prueba. Los ratones del grupo de prueba recibieron tratamientos diarios de WBV durante cuatro semanas. Al final de las cuatro semanas, se evaluó a cada uno de los ratones tomando muestras de grasa corporal y heces para su análisis.
Uno de los hallazgos fue el aumento de la diversidad del microbioma intestinal, que ayudó a reducir la inflamación. En concreto, aumentó la presencia de alistipes, un tipo de bacteria que favorece la producción de ácidos grasos de cadena corta en el organismo. Estos ácidos grasos de cadena corta son capaces de atacar la inflamación y reducir su presencia allí donde se produzca en el organismo. Esta bacteria también es responsable de ayudar al organismo a extraer butirato de la fibra diaria, lo que ayuda a reducir los peligros de una dieta rica en grasas.
La vibración de todo el cuerpo ayudó a combatir la inflamación en los ratones de otra forma: aumentando la presencia de macrófagos M2. Estas células inmunitarias se encargan de aumentar las citocinas antiinflamatorias y, como resultado, se suprimen las nuevas inflamaciones. Los investigadores descubrieron que las sesiones más cortas de WBV combinadas con suplementos de alistipes también ayudaban a mejorar la salud metabólica. Aunque admiten que se necesita más investigación en este campo, se sienten esperanzados de que el tratamiento regular con WBV pueda ayudar a las personas a alcanzar y mantener una salud metabólica más óptima.
¿Cómo proteger el microbioma intestinal?
Seguir una dieta a base de plantas diversas
La mayoría de nuestras comidas deben estar compuestas por alimentos vegetales, como verduras, frutas, semillas y frutos secos. También deberíamos tratar de elegir alimentos variados, como frutas y verduras con una amplia gama de colores. Así nos aseguraremos de obtener una buena muestra de vitaminas, al tiempo que exponemos nuestro microbioma intestinal a una selección más diversa de microbios útiles.
Comer alimentos ricos en fibra
Algunos alimentos ricos en fibra son la cebolla y otros similares, como el puerro y el ajo. Las alcachofas también son alimentos ricos en fibra. Comer más de este tipo de verduras ayudará, porque el cuerpo tarda más en digerir la fibra natural. Como resultado, los prebióticos de la fibra serán absorbidos por el microbioma intestinal, donde nutren a las bacterias que ya prosperan allí.
Ayunar sin picar
Cuando ayunamos durante varias horas sin comer ni beber, damos a nuestro microbioma intestinal la oportunidad de descansar. Esto dará a esa comunidad de microbios la oportunidad de realizar otras tareas en nuestro organismo, como reforzar la inmunidad, por lo que nos sentiremos más sanos. Además, los periodos de ayuno reducen el aumento de peso en general.
Tomar un suplemento probiótico/prebiótico diario
En el mercado existen suplementos de alta calidad que proporcionan al organismo un aporte tanto de probióticos como de prebióticos. Los suplementos probióticos suministran bacterias “amistosas” al intestino y ayudan a promover un microbioma diverso. Una vez ingeridos, los prebióticos son utilizados por el microbioma intestinal para fortalecer los microbios existentes en el organismo. Esto ayuda a que el microbioma intestinal funcione mejor y sea más diverso.
Pasar más tiempo al aire libre
Mejorar la diversidad de nuestras bacterias intestinales nos ayudará a mantener una mejor salud general, pero comer más alimentos de origen vegetal no es el único método. También podemos exponer nuestro microbioma intestinal a más bacterias pasando más tiempo al aire libre, sobre todo cuando pasamos ese tiempo lejos de la ciudad. Vayamos a nuestro parque favorito o vayamos al campo a pasar el día. Mientras nos relajamos en la naturaleza, respiraremos bacterias que nuestro intestino puede utilizar para gestionar nuestra salud.