¿Se acuesta siempre a la misma hora? Si usted es como la mayoría de la gente en el mundo industrializado, la respuesta a esta pregunta es probablemente “no”. Las luces eléctricas y los dispositivos inteligentes nos dan los medios para permanecer despiertos hasta bien entrada la noche y muchas formas de entretenernos mientras lo hacemos. El resultado es que la mayoría de los adultos e incluso muchos niños carecen de una hora constante para irse a la cama, lo cual es un dilema que, según un estudio reciente, puede tener un efecto negativo en la salud cardiovascular. ¿Irse a dormir a la misma hora cada noche -un hábito común en nuestros antepasados, que vivían a la luz del sol- podría ser un factor crucial para prevenir las cardiopatías?
Las ventajas de acostarse a la misma hora
La mayoría de los niños tienen una hora fija para irse a la cama, pero como adultos solemos abandonar este hábito. Nos acostamos cuando nos sentimos preparados para dormir, lo que varía de una noche a otra. Un nuevo estudio publicado en la revista Hypertension sugiere que la hora de acostarse puede ser más importante de lo que podríamos haber previsto. En el estudio, voluntarios sanos se sometieron a una serie de análisis de sangre y, a continuación, recibieron un nuevo régimen de sueño con un cambio constante de la hora de acostarse. Tras sólo ocho días de cambio forzado de la hora de acostarse, estas personas presentaban un aumento de la norepinefrina, una catecolamina que aumenta la frecuencia cardiaca y que se ha descubierto que contribuye de diversas formas a las enfermedades cardiacas. Estas personas también mostraron una disminución de la actividad vagal, lo cual es significativo porque el nervio vago es un importante depresor cardiovascular.
La actividad vagal es especialmente importante porque este tipo de actividad nerviosa suele producirse durante el sueño profundo. Los resultados de este estudio sugieren que las personas que cambian regularmente su hora de acostarse no duermen tanto profundamente, que es cuando el corazón se regenera después de un largo día. Durante el sueño profundo, la actividad vagal ralentiza el ritmo cardíaco y la presión arterial, reduciendo las demandas sobre el músculo miocárdico. Esto da al músculo cardiaco la oportunidad de eliminar los metabolitos y otros productos bioquímicos que se acumulan a lo largo del día, además de proporcionar un descanso necesario a los músculos que mantienen nuestra vida las 24 horas del día.
Dormir fuera el estrés… O no
Este estudio se suma a la creciente evidencia de que la falta de sueño regular es perjudicial para el corazón y los vasos sanguíneos. El corazón se rige principalmente por las dos ramas del sistema nervioso autónomo. La rama parasimpática de este sistema libera hormonas que favorecen el descanso y la regeneración, así como la digestión de los alimentos y otras actividades importantes. En cambio, el sistema nervioso simpático gira en torno a la lucha o la huida. Las hormonas liberadas por este sistema funcionan generalmente como hormonas del estrés. Aunque las hormonas del estrés son importantes para escapar de una amenaza física real, como un mastodonte amenazador, suelen ser inadaptadas en el mundo moderno.
Cuando no dormimos lo suficiente, el sistema nervioso simpático domina nuestro sistema autónomo. El resultado es que aumentan los niveles de hormonas del estrés, que dañan a largo plazo nuestro sistema cardiovascular. Dormir bien -incluyendo acostarse a una hora regular- puede ser una de las mejores cosas que podemos hacer para mantener un corazón sano.
La magia del sueño
El sueño es un momento de regeneración mental, pero parece ser igual de importante para la regeneración física. Nuestro sistema cardiovascular no es el único sistema orgánico que necesita algo de tiempo por la noche para regenerar las células y limpiar los metabolitos tóxicos de la actividad del día. Las células neuronales también parecen reparar los daños y reemplazar las células desgastadas mientras dormimos. Incluso los hepatocitos, las células del hígado, dependen de las señales de sueño de los relojes maestros del cerebro humano para determinar cuándo reconstruirse y someterse a procesos de reparación. Nuestros cuerpos deben mantener un ritmo circadiano saludable para llevar a cabo procesos cruciales que mantengan sanas nuestras células en medio de los retos de la vida moderna.
Los trastornos del sueño no sólo hacen que estemos más fatigados a la mañana siguiente, sino que pueden afectar potencialmente a casi todas las células de nuestro organismo. Establecer un horario regular para ir a dormir puede ser un cambio de estilo de vida saludable tan importante como seguir una dieta sana y hacer ejercicio con regularidad.