¿Cómo afectan los alimentos a nuestro sueño? Si alguna vez ha tomado una taza de manzanilla o un vaso de leche caliente antes de acostarse, probablemente tenga alguna idea. Aunque hasta hace poco no existían pruebas sólidas de que la dieta afecte al sueño, muchas personas de culturas de todo el mundo mantienen creencias arraigadas de que algunos alimentos y bebidas pueden favorecer o dificultar el sueño. Nuevos estudios que relacionan los hábitos dietéticos y los hábitos de sueño están demostrando que el sueño y la dieta están realmente interconectados, aunque puede que nos equivoquemos sobre qué alimentos son las mejores opciones.
Cómo influye la dieta en el sueño
Durante mucho tiempo se ha aconsejado a la gente que evite los alimentos picantes y grasos antes de acostarse para evitar una noche de insomnio por ardor de estómago, pero las investigaciones sugieren que la dieta afecta al sueño de otras maneras. Un estudio reciente sobre la relación entre el sueño y los hábitos alimentarios ha descubierto conexiones interesantes. Según el estudio, las personas que duermen bien por la noche suelen ingerir menos cafeína (como era de esperar), así como menos cantidad de un aminoácido llamado colina, que se encuentra en los huevos y la carne. Por otra parte, quienes duermen poco tienden a beber menos agua y a comer menos verduras de colores vivos.
Parece haber muchas variables implicadas en la conexión entre la dieta y el sueño. Los investigadores aún no han dado con el “dorado término medio” en nutrientes que permita un sueño óptimo, pero las pruebas son claras: la dieta y los hábitos de sueño están profunda e intrínsecamente relacionados. Lo que comemos, y cuándo lo comemos, puede hacer que nos durmamos más tarde, que nos despertemos más a menudo e incluso que reduzcamos la calidad del sueño durante toda la noche. Sin embargo, éste no es el único vínculo entre la dieta y el sueño.
Una conexión recíproca
Las pruebas sugieren que no sólo la dieta afecta a la duración del sueño, sino que el sueño también puede afectar a la dieta. Los búhos nocturnos tienden a acostarse tarde y a dormir hasta tarde; sin embargo, nuestros horarios modernos no suelen permitirlo. Por eso, los noctámbulos intentan recuperar las horas perdidas acostándose tarde siempre que pueden. Sin embargo, las investigaciones demuestran que las personas que duermen hasta tarde son más propensas a comer comida basura y otros alimentos ricos en carbohidratos y grasas. Esto puede deberse a la comodidad, ya que las personas que suelen estar cansadas tienen menos energía para preparar una comida sana. Además, las personas suelen ser más impulsivas y tienen menos capacidad para tomar buenas decisiones cuando están privadas de sueño. La falta de rutinas fijas también puede ser un problema, ya que las personas que no se levantan y comen a horas fijas son más propensas a ingerir comidas menos saludables.
Una dieta poco saludable también puede afectar al sueño al contribuir a la obesidad. Las personas que tienen un índice de masa corporal (IMC) elevado muestran comportamientos del sueño ligeramente diferentes a los de quienes mantienen un peso saludable. Para las personas con un IMC elevado, el equilibrio nocturno de las distintas fases del sueño se ve alterado de forma que puede afectar al descanso y la regeneración. Esto puede afectar a la calidad de su sueño y a la cantidad de energía que tienen al despertar. Por ejemplo, las personas con sobrepeso tienen menos sueño de fase 2 y una mayor proporción de sueño REM. Además, las personas con un índice de masa corporal elevado corren un mayor riesgo de padecer apnea del sueño y otros trastornos que pueden afectar a la calidad del sueño.
Peso, dieta y sueño: El proverbial huevo y la gallina
¿Qué fue primero: la dieta rica en grasas o los horarios irregulares de sueño? Aún no está claro, pero probablemente será objeto de futuros estudios. Aunque se sabe que la obesidad provoca trastornos del sueño, también se sabe que los trastornos del sueño afectan negativamente al sistema metabólico. El resultado es una espiral descendente en la que las personas duermen mal, toman malas decisiones de salud que conducen al aumento de peso y sufren aún más trastornos del sueño. Aunque puede resultar difícil romper este ciclo y recuperar la salud, es importante hacerlo.
¿Qué debemos comer si queremos dormir a pierna suelta? Aunque cada vez hay más pruebas de que la dieta afecta al sueño, y viceversa, la naturaleza exacta de esta relación no se conoce del todo. Aunque se han obtenido nuevos y revolucionarios conocimientos sobre cómo afecta al metabolismo cuándo y qué se come, los investigadores aún no han descubierto la dieta exacta que favorece un sueño reparador. Por ahora, los médicos siguen recomendando a la gente que intente alcanzar y mantener un peso saludable durmiendo mucho y siguiendo una dieta variada y sana.