Aunque es sorprendentemente resistente a los efectos del estrés a corto plazo, el cuerpo humano simplemente no puede soportar el asalto constante producido por el estrés crónico durante largos períodos de tiempo. El estrés prolongado e irresoluble, ya sea laboral o de otro tipo, puede acabar produciendo sentimientos de agotamiento, desgana, incapacidad para afrontar la situación e incluso depresión, un trastorno que el psicólogo Herbert Freudenberger bautizó como “burnout” en la década de 1970. Técnicamente, no existe una definición clínica ni criterios diagnósticos del “burnout“. Sin embargo, los profesionales de la salud reconocen cada vez más que el burnout es un grave problema de salud mental en el que influyen factores biológicos y de estilo de vida, y que puede tener consecuencias nefastas si no se controla.
Hasta la fecha, el enfoque más común para tratar el burnout grave es la prescripción de medicamentos antidepresivos. Aunque son eficaces para controlar los síntomas del burnout, estos medicamentos suelen ir acompañados de efectos secundarios adversos como el aumento de peso y de la tensión arterial. En un estudio publicado en la revista NUTRAfoods, los investigadores han identificado una composición específica de aminoácidos que podría utilizarse para tratar con seguridad el burnout sin los efectos secundarios negativos de los antidepresivos.
Estrés y salud mental
La salud mental es un tema cada vez más preocupante. Según el Instituto Nacional de Salud Mental, las enfermedades mentales afectan a casi 45 millones de adultos en EE.UU. Esto significa que uno de cada cinco adultos estadounidenses padece algún tipo de enfermedad mental. Las enfermedades mentales, que representan el 20% de todas las reclamaciones, son el segundo diagnóstico de discapacidad más frecuente en EE.UU. y se calcula que cuestan al país unos 193.000 millones de dólares al año en pérdida de ingresos.
El estrés es necesario para sobrevivir. Es nuestro mecanismo de defensa natural contra el peligro percibido. Cuando nos enfrentamos a una situación difícil, nuestro cuerpo responde físicamente liberando hormonas que nos preparan para la confrontación o la evasión. Este mecanismo de respuesta de “lucha o huida” nos ayuda a saber cuándo y cómo reaccionar en momentos de peligro, pero si se activa constantemente, tiene el poder de deteriorar tanto la salud mental como la física.
5-HTP y L-triptófano en la salud mental y el tratamiento del burnout
Existe un solapamiento innegable entre el agotamiento y los síntomas depresivos. Investigaciones anteriores descubrieron que los aminoácidos 5-hidroxitriptófano (5-HTP) y l-triptófano, ambos precursores químicos de la serotonina, son tratamientos eficaces para trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el insomnio sin muchos de los efectos adversos que suelen asociarse al uso de antidepresivos. Ahora, científicos que analizan la eficacia del uso a largo plazo de una formulación particular de los dos aminoácidos han determinado que el 5-HTP y el l-triptófano también son eficaces para tratar los síntomas del agotamiento sin los efectos adversos de los antidepresivos.
En el estudio, se administró a un total de 64 voluntarios de distintas procedencias y con edades comprendidas entre los 25 y los 55 años “una combinación de 5-HTP de liberación rápida y L-triptófano de liberación programada” a lo largo de un mes. La fórmula nutracéutica se diseñó para que el 5-HTP fuera inmediatamente biodisponible, mientras que el L-triptófano se liberaba de forma continua durante un periodo de seis horas. Se evaluó diariamente el estado mental, la gravedad del agotamiento y el bienestar general de cada participante, y cualquier efecto secundario adverso también se documentó en el informe del caso. La tasa de presión arterial, el índice de masa corporal y la frecuencia cardiaca de cada participante se registraron desde el inicio del estudio hasta 21 días después de su finalización.
Un análisis de los datos resultantes mostró que la gravedad del burnout mejoró continuamente a lo largo del tratamiento, sin que se produjeran efectos adversos en la frecuencia cardiaca, la presión arterial o el IMC. Las pruebas sugieren que los tratamientos a largo plazo registrarían mejoras aún más significativas con el paso del tiempo.
El equipo considera que la eficacia de los precursores de la serotonina en el tratamiento corrobora la teoría de que el burnout puede deberse en parte a “un mecanismo serotoninérgico subyacente”. Los autores afirman en sus conclusiones que “los resultados de este estudio confirman la implicación de la serotonina en el burnout e indican que el estrés continuo y repetido podría agotar la reserva de serotonina y/o interferir en la disponibilidad de este neurotransmisor en el SNC.”
Sus resultados mostraron que el 5-HTP y el l-triptófano son eficaces para mejorar el bienestar mental y físico de las personas con los primeros signos de burnout. Los autores concluyen: “el tratamiento con precursores de la serotonina de liberación controlada demostró claramente resultados prometedores en la ralentización de la progresión del síndrome de burnout precoz mediante el alivio de los síntomas, como lo demuestra la mejora de las puntuaciones del MBI y del índice motivacional.”
Las consecuencias del Burnout: Impactos en el cerebro y el cuerpo
Abordar la causa y tratar los síntomas del agotamiento es fundamental para frenar los efectos a largo plazo que el estrés constante puede tener en el organismo. Cuando se desencadena nuestra respuesta al estrés, el cuerpo acelera la producción de sustancias químicas como la adrenalina y el cortisol, cuyo objetivo es aumentar la energía, el estado de alerta y la preparación mediante el aumento de la presión arterial, la frecuencia cardíaca y los niveles de glucosa en sangre. Los niveles constantemente elevados de estas hormonas dificultan funciones corporales normales como la digestión, la respuesta inmunitaria y los ciclos de sueño-vigilia.
Se sabe que el estrés crónico tiene un impacto duradero en la estructura física del cerebro y en los sistemas clave del organismo. La sobreestimulación constante conduce al envejecimiento prematuro y a la disfunción del sistema nervioso, el eje HPA, el sistema serotoninérgico y las regiones del cerebro que regulan las emociones y el estrés, como la amígdala. La estimulación prolongada de los mecanismos del estrés puede acabar provocando una disfunción del cortisol e insuficiencia suprarrenal, momento en el que es probable que los síntomas del agotamiento se conviertan en perturbadores para la salud mental y física.
Señales de agotamiento: Indicios de que se puede estar sufriendo demasiado estrés
Si no se aborda, el estrés constante conduce al desarrollo de problemas de salud mental y física como depresión, obesidad, enfermedades cardiacas, problemas digestivos y mayor vulnerabilidad a las enfermedades. Saber a qué prestar atención es importante para poder reconocer los primeros signos de agotamiento. Éstos son algunos de los indicios más comunes de que el cuerpo está sufriendo demasiado estrés:
- sensación de fatiga y agotamiento
- dificultades gastrointestinales
- dificultad para mantener la concentración y la atención
- fijación en el trabajo o en factores estresantes durante el tiempo libre
- aumento de la negatividad y de los sentimientos de frustración
- falta general de interés, impulso y motivación
- disminución del rendimiento laboral
- menor satisfacción en el trabajo y en la vida
- disfunción sexual
- aumento de los problemas interpersonales y del retraimiento social
- escaso control de los impulsos en relación con la alimentación, el sueño y el consumo de alcohol o estimulantes
Prevención y remedio: cosas que puede hacerse contra el burnout
Aparte de los tratamientos farmacéuticos y los suplementos naturales, el antídoto generalmente aceptado para el agotamiento es muy parecido a las medidas preventivas que se pueden utilizar para evitarlo. Una combinación de cambios en el estilo de vida e intervenciones conductuales puede ayudar a frenar los síntomas del burnout:
- Asegurarse de dormir lo suficiente y bien.
- Gestionar el tiempo de forma eficaz, organizándose y estableciendo objetivos y prioridades.
- Dedicar tiempo suficiente a la relajación y el juego.
- Dedicar tiempo al aprendizaje y al crecimiento personal.
- Desarrollar la red de apoyo de amigos y familiares.
- Delegar tareas en otros cuando las cosas sean demasiado.
- Encontrar pasiones gratificantes, retos y aficiones no relacionadas con el trabajo.
- Saber cuándo apagar el teléfono y el correo electrónico.
- Siempre hay que prestar atención a lo que nos dice el cuerpo.