Aunque no se tenga diabetes, es probable que se conozca a alguien que sí la padece, e incluso que se corra el riesgo de desarrollarla en el futuro. Esto se debe a que la diabetes es un grave problema de salud que se ha hecho más común con el paso del tiempo. Cuando el Centro de Control de Enfermedades empezó a hacer un seguimiento de la enfermedad en 1958, descubrió que sólo el 1%, es decir, 500.000 personas en Estados Unidos, habían sido diagnosticadas de diabetes. En 2015, ese porcentaje había aumentado hasta el 9,4 por ciento de la población estadounidense; una cifra que incluye a 30,2 millones de adultos, además de los niños afectados por el desarrollo precoz de la enfermedad.
En el periodo de 20 años comprendido entre 1990 y 2010, los CDC calcularon que el número de diabéticos se había triplicado. Además, descubrieron que de un año a otro se diagnosticaba la enfermedad al doble de personas. Alrededor de 415 millones de personas en todo el mundo están afectadas por la diabetes, más de 60 millones en Europa. Aunque cualquiera puede desarrollar diabetes, los riesgos aumentan con la edad. El reciente informe de los CDC destacaba el porcentaje de personas diabéticas dentro de cada grupo de edad:
- 18-44 años: 4%
- 45-64 años: 17%
- A partir de 65 años: 25,2%
Ya sabemos que los factores modificables, como los hábitos alimentarios, el ejercicio y la forma física, pueden afectar a los riesgos de desarrollar diabetes. Por el contrario, hay factores de riesgo, como la genética, la edad y la raza, que no pueden modificarse. Cada año sabemos más sobre cómo determinados factores aumentan o disminuyen el riesgo de desarrollar diabetes. Ahora, un nuevo estudio ha revelado que la mentalidad también influye.
¿Puede una actitud positiva afectar al riesgo de diabetes?
La investigación ha sugerido que la diabetes y la depresión están estrechamente relacionadas. Las personas que experimentan con frecuencia los síntomas de la depresión también son más propensas a desarrollar diabetes relacionada con incidentes. También se ha descubierto que las personas que manifiestan sentimientos frecuentes de cinismo u hostilidad tienen un mayor riesgo de desarrollar diabetes. Además, los estudios revelaron que estas mismas emociones también pueden hacer que las mujeres posmenopáusicas experimenten síntomas más graves del síndrome metabólico.
Mientras que estos estudios anteriores examinaban los efectos negativos de las emociones sobre la salud física, un nuevo estudio pretendía evaluar cómo afectaban las emociones positivas a la diabetes. Los investigadores recopilaron datos de la WHI (del inglés, Women’s Health Initiative, o Iniciativa para la Salud de la Mujer) con el fin de evaluar cómo afectaban las emociones positivas fuertes a los niveles de azúcar en sangre de las personas posmenopáusicas. El doctor Juhua Luo, de la Universidad de Indiana en Bloomington, fue el autor principal del trabajo, publicado recientemente en la revista Menopause.
El Dr. Luo y su equipo examinaron los registros de 139.924 sujetos. Los registros más antiguos de estas mujeres indicaban que eran posmenopáusicas y que aún no se les había diagnosticado diabetes. El estudio realizó un seguimiento clínico de estos sujetos durante un periodo de 14 años. Al final del estudio, la investigación demostró que 19.240 de las mujeres habían desarrollado diabetes de tipo 2.
Yendo más allá, el equipo de investigación separó a las mujeres por rasgos de personalidad. Al hacerlo, descubrieron que las mujeres con una mentalidad más optimista tenían un 12% menos de probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2. Se descubrió que las mujeres con emociones más negativas tenían un 9% más de riesgo de desarrollar la enfermedad, mientras que las mujeres que mostraban poseer las emociones más hostiles tenían un 17% más de riesgo de desarrollar diabetes. El único factor que mitigaba este mayor riesgo era la obesidad: Las mujeres con sobrepeso se veían menos afectadas por la hostilidad y las emociones negativas en lo que respecta al riesgo de diabetes.
Esta investigación también sugirió que las mujeres que experimentan hostilidad y emociones negativas a lo largo de su vida aún pueden reducir su riesgo de desarrollar diabetes. Al buscar tratamiento de salud mental para las emociones negativas frecuentes, las mujeres no sólo pueden reducir sus riesgos de diabetes, sino que también pueden mejorar su mentalidad general.
Prevenir o revertir la diabetes de tipo 2 es posible
Conclusión: Si realmente se quiere reducir el riesgo de diabetes, es necesario introducir cambios en la vida desde ahora. Mientras que las personas suelen nacer con diabetes de tipo 1, una afección en la que el organismo no produce insulina, la diabetes de tipo 2, una afección que implica la incapacidad de las células para procesar adecuadamente la insulina, se desarrolla con el tiempo y en su desarrollo suelen influir las elecciones de estilo de vida.
Del mismo modo que los malos hábitos de vida pueden favorecer la aparición de la diabetes de tipo 2, unas elecciones más saludables pueden ayudar a controlar o prevenir esta enfermedad. El primer paso es cambiar la dieta. La diabetes tiene que ver con la incapacidad del organismo para procesar el azúcar o la glucosa, por lo que es esencial limitar el consumo de azúcar. Además de los alimentos y bebidas azucarados obvios, también hay que limitar o eliminar la ingesta de carbohidratos refinados. Una vez ingeridos, los carbohidratos refinados se descomponen en azúcares y se almacenan para su uso, lo que provoca un pico en los niveles de azúcar en sangre.
Además, hay que hacer suficiente ejercicio cada día. Los médicos recomiendan un mínimo de ejercicio de intensidad moderada a alta en intervalos diarios de 30 minutos. La actividad física aumentará la sensibilidad a la insulina en las células del organismo, facilitando el procesamiento de la glucosa. Aunque se recomiendan 30 minutos, hacer más ejercicio sólo contribuirá a que el organismo sea más sensible a la insulina.
También se puede considerar la posibilidad de tomar un suplemento diario. Si se decide a añadir un suplemento a la rutina diaria, hay que buscar uno que contenga ingredientes como melón amargo, picolinato de cromo, y fenogreco.
Antes de hacer cualquier cambio en nuestro estilo de vida, es importante hablar de nuestras preocupaciones con el médico. Puede que él tenga más recomendaciones para la situación en la que nos encontramos. Aunque no se pueda evitar el desarrollo de la diabetes de tipo 2, realizar estos cambios en el estilo de vida puede ser de gran ayuda para vivir mejor con esta enfermedad.