El trastorno del espectro autista (TEA) es una discapacidad del desarrollo que afecta a la capacidad de una persona para comunicarse eficazmente y/o interactuar con los demás. Los síntomas del TEA suelen aparecer en la infancia y su gravedad puede variar de una persona a otra, por lo que a menudo se considera un trastorno del “espectro”. Un nuevo estudio ha descubierto una relación entre las bacterias intestinales y el autismo, lo que sugiere que tomar un suplemento probiótico podría ayudar a los niños autistas.
Una mirada más profunda al autismo
El autismo afecta a uno de cada 59 niños nacidos en Estados Unidos, y es más frecuente en niños que en niñas. Las estadísticas anteriores muestran que la incidencia del autismo casi se ha duplicado en los últimos 14 años. Si un niño tiene autismo, ya se sabe que esta enfermedad afecta a su capacidad para interactuar con los demás. Puede ser difícil de identificar en algunos niños, porque puede afectar a cada persona de forma diferente. El autismo aún no tiene cura, pero puede tratarse. Para obtener los mejores resultados del tratamiento, es importante empezar cuanto antes. Esto significa ser capaz de reconocer los signos y síntomas del autismo, como:
- dificultad para aprender idiomas
- incapacidad para entablar una conversación
- incapacidad para mantener el contacto visual
- funcionamiento ejecutivo deficiente (razonamiento, planificación, etc.)
- intereses limitados
- habilidades motoras inhibidas
Además de estos síntomas, también es posible que el niño se muestre incapaz de participar en juegos de fantasía o que parezca desinteresado por entablar amistades. Si estos síntomas resultan familiares, es posible que sea conveniente que un médico evalúe la afección del niño. Empezar antes el tratamiento permitirá al niño afrontar mejor la adolescencia y la edad adulta.
Un microbioma intestinal sano desempeña un papel importante
El cuerpo alberga billones de microorganismos, más comúnmente llamados microbios. Se trata de bacterias, hongos y virus que viven dentro y fuera del organismo en todo momento. Muchos de estos microbios viven en el intestino grueso, formando una comunidad que los científicos denominan microbioma intestinal. Esta comunidad de microbios es amplia y diversa, y consta de más de mil tipos diferentes de bacterias. Mientras que algunas bacterias son buenas para el organismo y otras son perjudiciales, todas trabajan juntas cuando el microbioma intestinal está equilibrado.
Se ha descubierto que el microbioma intestinal desempeña un papel en diversos aspectos de nuestra salud, por lo que ahora se considera un órgano corporal en sí mismo. No está claro cuándo estamos expuestos por primera vez a los microbios que forman un microbioma intestinal sano. Algunos dicen que no estamos expuestos hasta que atravesamos el canal del parto de nuestra madre, mientras que otras investigaciones sugieren que el feto ya está expuesto a los microbios en el útero. En cualquier caso, el microbioma intestinal se diversifica a medida que crecemos y comemos una gama más amplia de alimentos. El microbioma intestinal puede afectar a la salud de varias formas importantes.
Control del peso
El microbioma intestinal funciona mejor cuando existe un equilibrio adecuado de bacterias saludables y no saludables en el sistema. Un desequilibrio con un mayor número de bacterias no saludables da lugar a una afección conocida como disbiosis intestinal, que favorece el aumento de peso.
Salud intestinal
La salud intestinal general también puede verse afectada por la disbiosis intestinal. Las personas con un desequilibrio de las bacterias intestinales son más propensas a experimentar hinchazón, calambres y dolor abdominal. Las personas con enfermedad inflamatoria intestinal o síndrome del intestino irritable pueden haber desarrollado primero disbiosis intestinal.
Salud cardíaca
Se ha descubierto que una mayor concentración de bacterias poco saludables da lugar a la producción de N-óxido de trimetilamina (TMAO, del inglés trimethylamine N-oxide). En los estudios realizados, se descubrió que este compuesto aumenta el riesgo de sufrir infartos de miocardio o derrames cerebrales al provocar obstrucciones en las arterias. Un suplemento probiótico que contenga lactobacilos puede contrarrestar los efectos de la TMAO.
Exploración de la relación entre las bacterias intestinales y el autismo
Una nueva investigación ha descubierto una relación entre las bacterias intestinales y el autismo. Los hallazgos fueron el resultado de un proyecto de investigación que pretendía ver si podían tratarse los problemas gastrointestinales comunes que sufren la mayoría de los niños autistas. Los investigadores de la Universidad Estatal de Arizona esperaban aliviar los problemas gastrointestinales de los niños autistas mediante la terapia de transferencia de microbiota (MTT, del inglés microbiota transfer therapy). Se plantearon un objetivo secundario, que consistía en demostrar que la terapia también afectaría a otros marcadores del autismo.
La MTT consiste en administrar la materia fecal congelada de adultos sanos a los que reciben el tratamiento. Una vez administradas por vía rectal u oral, las bacterias sanas de la muestra deberían interactuar con el microbioma intestinal. Como resultado, se puede restablecer un equilibrio más saludable de microbios en el receptor. En 2017, James Adams y Rosa Krajmalnik-Brown publicaron los resultados de su propio estudio, en el que descubrieron que los efectos restauradores del MTT ayudaban a aliviar los síntomas del autismo, incluidos los problemas gastrointestinales. El nuevo estudio examinó la salud intestinal de los mismos 18 niños utilizados en el estudio inicial.
En el primer estudio, se descubrió que los niños tenían un microbioma intestinal más diverso, lo que ayudó a resolver los problemas gastrointestinales y de comportamiento asociados al autismo. El nuevo estudio descubrió que los niños que recibieron los tratamientos MTT tenían un microbioma intestinal aún más diverso dos años después. Al observar que los niños tenían un mejor equilibrio de bacterias saludables, los investigadores observaron que había una mayor cantidad de Bifidobacteria y Prevotella en el microbioma intestinal. Estas dos cadenas de bacterias buenas son vitales para un microbioma sano, pero los niños autistas no las poseen en su microbioma intestinal. Los tratamientos con MTT parecieron restaurar estos importantes grupos de bacterias.
En conjunto, los investigadores observaron una disminución del 58% en los problemas gastrointestinales experimentados por los niños autistas. Sus síntomas conductuales también se vieron afectados. Las habilidades lingüísticas, la interacción social y el comportamiento mejoraron hasta un 45% en comparación con los síntomas de los niños al inicio del estudio.
Aunque la investigación es inspiradora, es sólo un paso en la dirección correcta. Antes de que podamos empezar a tratar el autismo alterando los niveles de diversos compuestos en el organismo, deben realizarse más investigaciones. El estudio respalda otros descubrimientos según los cuales el apoyo a un microbioma intestinal sano y diverso es esencial para reducir los síntomas del autismo en los niños.