Vivimos en un mundo en el que estamos constantemente expuestos a estímulos externos. El ruido, los estímulos visuales, el trabajo con ordenadores y el estrés son factores que pueden conducir fácilmente a la sobreestimulación y la sobrecarga. La venta de psicofármacos y medicamentos que permiten “bajar el ritmo” ha aumentado mucho en los últimos años. Como pueden atestiguar los psicólogos infantiles y los pediatras, no es raro que estos problemas empiecen en la infancia. En resumen, al organismo le cuesta cada vez más relajarse.
El GABA, abreviatura de ácido gamma-amino-butírico, es un aminoácido no esencial, lo que significa que puede ser producido por el propio organismo (a partir de otro aminoácido llamado glutamina). Además, el GABA también se encuentra en alimentos como la carne, las aves, las alubias y el arroz integral.
El GABA es el neurotransmisor inhibidor más importante del cerebro. Desde un punto de vista funcional, esto significa que el GABA inhibe la transmisión de señales en las terminaciones nerviosas, por lo que desempeña un papel muy importante como “guardián de las cerraduras”.
Además, el GABA favorece la liberación de la hormona del crecimiento (GH), una de las hormonas más importantes del organismo, que se produce en la hipófisis y es segregada por ésta. Entre otras cosas, esta hormona del crecimiento es una sustancia importante para aumentar la masa muscular y tiene un efecto positivo sobre el envejecimiento. El alcohol se acopla a los sitios de unión del GABA en el cerebro, lo que explica su efecto calmante.
Cuando hay una deficiencia de GABA en el cerebro, pueden producirse diversos trastornos relacionados con el GABA.
GABA y masa muscular: Actualmente está científicamente demostrado que el GABA mejora la liberación de GH y, por lo tanto, favorece el mantenimiento de una masa muscular óptima. Cuando se toma en la cantidad adecuada y después de un entrenamiento apropiado, el GABA favorece la acumulación de masa muscular y también puede hacer que los músculos parezcan más pronunciados debido al menor contenido de grasa. Estos efectos pueden observarse al cabo de unas ocho semanas.
Estado de ánimo y sueño: Debido a su efecto inhibidor, el GABA tiene un efecto positivo sobre cualquier sobreestimulación del cerebro. Al mismo tiempo, promueve la liberación de la hormona del crecimiento, que, junto con el efecto calmante del estado de ánimo, puede favorecer positivamente el sueño.
Si la producción propia del organismo y la ingesta de GABA a través de la dieta no son suficientes o hay una mayor necesidad, este nutriente puede complementarse con suplementos dietéticos especiales.
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