A medida que avanza la edad, las funciones corporales individuales se deterioran más y más, y los ojos también pueden deteriorarse cada vez más. La mácula (también llamada mancha amarilla) se encuentra en el centro de la retina. En ella se encuentran muchas células sensoriales. La mácula es responsable de una visión nítida y colorida. Por desgracia, nuestros ojos tienen que soportar muchas tensiones a lo largo de los años. El trabajo en la televisión, la radiación UV, el estrés y una dieta inadecuada pueden afectar negativamente a la visión. Las personas que pasan gran parte del día bajo la luz del sol deben ser conscientes de los peligros de una exposición excesiva a la luz para los ojos y, por tanto, deben asegurarse siempre de que su dieta diaria contenga una elevada proporción de luteína y zeaxantina. Pero también son importantes otros nutrientes para garantizar una función ocular óptima
Entre ellos se encuentran los siguientes micronutrientes:
Luteína y zeaxantina: La luteína y la zeaxantina aparecen siempre juntas en la naturaleza. Se encuentran altas concentraciones de luteína en verduras de hoja oscura como la col, la berza y las espinacas, pero también se encuentran cantidades significativas de luteína en la yema de huevo. La zeaxantina también se encuentra en estas fuentes alimentarias, así como en el maíz y otras verduras. Ambos nutrientes tienen un efecto protector de las células de la retina y, por tanto, pueden ayudar a mantener una función ocular normal.
Resveratrol: Esta sustancia vital suele denominarse extracto estandarizado de semillas de uva tinta. No sólo es uno de los protectores celulares más potentes de todos, sino que también es muy conocido por su efecto de apoyo al sistema vascular, especialmente en los capilares muy finos y sensibles como los que se encuentran en los ojos. El cacao, los cacahuetes, los pistachos y las bayas también contienen este nutriente. Sin embargo, el mayor contenido de resveratrol se encuentra en el knotweed japonés.
La vitamina E, o tocoferol, es una sustancia liposoluble que se encuentra sobre todo en las membranas celulares. La vitamina E puede ayudar a proteger las células de un exceso de estrés. El cuerpo también necesita vitamina E para obtener importantes ácidos grasos omega-3 . Entre los alimentos que contienen mucha vitamina E se encuentran diversos aceites, frutos secos, semillas y verduras de hoja verde.
Vitamina C: Los cítricos se consideran los principales proveedores clásicos de vitamina C. Pero muchas verduras como los pimientos, el brécol y la col también son ricas en vitamina C. La vitamina C contribuye a la síntesis de colágeno. Este proceso es importante para los ojos y los finos vasos sanguíneos que contienen. La vitamina C también sirve como protector celular, ya que puede ayudar a proteger las células del estrés oxidativo.
Zinc: El zinc se encuentra, entre otros, en la carne, los productos lácteos, el pescado, los cereales integrales, las legumbres y los frutos secos. Este oligoelemento también tiene un efecto positivo sobre los ojos. El zinc es un componente importante de muchas enzimas y sus cofactores . El zinc ayuda a mantener una visión normal estabilizando las membranas celulares y regulando el sistema de transporte a través de ellas.
Licopeno: es un pigmento carotenoide. Da a los tomates, por ejemplo, su intenso color rojo, pero primero debe desprenderse de la piel calentando la fruta. Gracias a sus numerosas propiedades, el licopeno puede contribuir al mantenimiento de una visión normal.
Cobre: Además del cacao, el café, el té, las legumbres y los cereales integrales, el marisco y los despojos también tienen un alto contenido en cobre. Este oligoelemento puede contribuir a un metabolismo energético y un sistema inmunitario normales, ambos requisitos previos para mantener una visión normal.
Omega-3: Estos ácidos grasos se encuentran en muchos tipos de pescado como el atún, la caballa, el salmón, la trucha, así como en determinados aceites comestibles y en frutos secos y semillas. El DHA y el EPA pueden formarse en el organismo a partir del ácido alfa-linolénico y pertenecen a los llamados ácidos grasos omega-3 (ácidos grasos insaturados triples), que cumplen importantes funciones en el organismo. Los ácidos grasos omega-3 pueden contribuir al funcionamiento normal del corazón, así como a una visión normal.
Fruto del arándano: Las antocianinas que contiene confieren a la fruta su color azul. Estos pigmentos vegetales tienen un efecto positivo en los vasos sanguíneos, especialmente en los ojos. Los arándanos también pueden ayudar a suministrar a los órganos visuales suficientes nutrientes y oxígeno.
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